El próximo mes se cumplirá el décimo aniversario de la muerte de Cosme Sans (1935-2013), una figura que forma parte de los artistas más reconocidos dentro de su pueblo natal, Alaior, y también de Menorca por el protagonismo que la Isla tenía en su trabajo. Una efeméride que en la galería Pinzellades d'Art han querido recordar con un homenaje a través de una muestra. Un merecido reconocimiento, en palabras de la gerente de la sala de exposiciones, Neus Sintes, «por el gran artista que fue» y el legado que ha dejado. «Con esta muestra queremos aportar nuestro granito de arena para que sea recordado».
Y es que tal y como relata la galerista, «si hablamos de carboncillo, ullastres y alzines, quien nos viene a la mente es Cosme Sans, uno de los artistas más prolíficos de Menorca». Una figura muy querida y a la que le conocía como el ‘Mestre del Grafit' por el trabajo que desarrollaba con sus lápices.
Unas herramientas con las que se han representado prácticamente todos los componentes que forman parte del paisaje menorquín. No solo los árboles tan insulares a los que hacía referencia la galerista, sino también las clásicas barreras de madera o las paredes secas, elementos con los que ahonda en la esencia más enraizada a la tierra de Menorca.
Sans fue un artista muy prolífico que pintó prácticamente hasta el final de sus días. Destaca Sintes la maestría de la que hacía gala para retratar su tierra «sin artificios», muy fiel a lo que te puedes encontrar en un paseo por el campo. Lo que representa y manifiesta al observador es una «invitación a encontrarse dentro de esa naturaleza», explica. Un planteamiento que parte «de la premisa de los pintores románticos de que en la naturaleza uno se puede encontrar a sí mismo».
De las paredes de Pinzellades d'Art cuelgan actualmente una veintena de obras. Colección en la que predominan el carboncillo pero en el que también se pueden encontrar testimonio de algún toque de color, tres obras al pastel y un óleo. Una forma de demostrar que el universo creativo del autor no se limitaba a sus piezas más populares, en las que trabajaba con el blanco y negro. «También experimentó con otras técnicas», destaca Sintes al respecto.
Cosme Sans fue un artista autodidacta, sin formación específica en la disciplina, que aprendió el arte a base de la práctica «y también de codearse con otros artistas», continúa la galerista. La exposición, que se podrá visitar hasta el 12 de febrero, ha sido posible gracias a la aportación de las obras por parte de la familia, que estuvo presente el pasado viernes durante la inauguración de la muestra.
Artista polifacético
Pero cabe recordar también que la figura de Sans trascendió más allá del campo pictórico, en el que protagonizó varias exposiciones en vida y recogió algunos premios a lo largo de su carrera. Fue también un gran aficionado al coleccionismo, faceta que le llevó a ser uno de los fundadores del Grup Filatèlic i Numismàtic de Alaior.
Otra de las grandes pasiones de su vida fue la fotografía, un arte con el que siguió profundizando en su amor por el paisaje menorquín. Tesoros que en parte custodia actualmente en sus fondos documentales el Arxiu d'imatge i so de Menorca.En este caso, se trata de un conjunto de imágenes en las que el protagonismo recae sobre su Alaior natal y en las que además del paisaje destacan también las fiestas populares y las estampas familiares.