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‘Talaiot', el nuevo reto de Marco Mezquida

Marco Mezquida compone su primer concierto para piano y orquesta sinfónica con la prehistórica construcción como inspiración y la ayuda del también menorquín Francesc Llompart

Mezquida, junto a una de las construcciones prehistóricas que le han servido de inspiración para su nuevo trabajo | M.M.

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El tiempo es un bien escaso en la  siempre apretada agenda de Marco Mezquida, pero ello no impide que el pianista menorquín deje de embarcarse en nuevos proyectos. Y justo acaba de hacer público uno «muy especial», reconoce, el de componer y estrenar su primer concierto para piano y orquesta sinfónica. Un trabajo que ha bautizado con un nombre de raíz muy menorquina, «Talaiot».

Según relata el mahonés, se trata de una propuesta, a modo de encargo, que le trasladaron el año pasado desde la Orquestra Simfònica del Vallès y el Palau de la Música Catalana a raíz del éxito que previamente había tenido su versión del «Raphsody in Blue» de George Gershwin para trío de jazz y Orquestra. Una alabada pieza que el pasado 17 de enero sonó también en el Teatre Principal de Maó dentro del repertorio del Concierto de la Diada.

Relata Mezquida que el gerente de la prestigiosa orquesta le propuso un buen día si querría escribir algo para ellos a raíz de un comentario que él mismo había hecho en un ensayo acerca de el que era uno de sus «sueños y retos artísticos», algo que «imaginaba hacer en mi década de los 40 o 50, pero me hicieron la propuesta, medité y la acepté», continúa el artista.

Colaboración con Llompart

Para la realización de tal «megalómano esfuerzo», tal y como lo define, ha contado con «la inestimable ayuda» en la orquestación de su «amigo del alma» y «uno de los compositores más talentosos que conozco» como es Francesc Llompart, a quien conoció a los 12 años en el instituto, en Maó, y con quien siempre ha mantenido una estrecha relación.

Como se puede intuir, «Talaiot» es una obra inspirada en los monumentos prehistóricos que se encuentran en Menorca. A lo largo de las 120 páginas de partitura con que cuenta la obra y los 40 minutos que dura «se dilucidan algunas de mis influencias musicales», asegura Mezquida. El compositor habla de «un tributo a la sonoridad primitiva de los tenores de Bitti de Cerdeña, un walking jazzístico trepidante con toda la orquesta y un tema principal alegre y popular que podría beber de Beethoven y Bernstein al mismo tiempo, pero soy yo». El pianista habla también de diversos desarrollos que tienen «especias de música romántica, impresionista, ibérica y minimal», entre otras.

El apunte

«Es un proyecto exigente; supone un hito en mi vida y carrera»

Mezquida lleva años dando forma a diferentes proyectos con su música y sus improvisaciones. «Mi figura como creador siempre ha ido in crescendo», señala el mahonés, quien no obstante reconoce que «Talaiot» es «el encargo más importante que he recibido a nivel de creación en mi vida».

El estreno de la obra, que tendrá lugar el próximo 25 de marzo en el Palau de la Música, con Víctor Pablo Pérez en la dirección y acompañado de la orquesta que le ha hecho el encargo, «supone un hito en mi vida y carrera». El artista confiesa tener desde hace tiempo una conexión muy fuerte con el componente primitivo del talaiot, algo de lo que se ha servido para alimentar su «expresividad musical».

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