Miguel Ángel Moratinos, el promotor de las Trobades, tomó la palabra en el arranque de la jornada inaugural para compartir con los asistentes, que llenaron la sala Albert Camus, algunas de sus reflexiones. Haciendo referencia a los tiempos convulsos que vivimos y apelando a Camus, señaló que «debemos crear una cultura de paz y ayudar a crear una generación puente frente a los que no han hecho más que alzar murallas o verjas para contener lo incontenible». En ese sentido, enfatizó la necesidad de «construir puentes de entendimiento».
El alto representante de la Alianza de las Civilizaciones se refirió al problema de los conflictos bélicos. «El único combate que merece la pena librar es la paz», recordó parafraseando a Camus, pero no obvió otros retos que a su juicio también han de ser prioritarios, como salvar al planeta ante el cambio climático «y evitar desastres naturales».
Aludió a la complejidad que implica la actual sociedad del algoritmo, «que nos quiere facilitar la vida pero también controlar» y que nos aleja de la realidad profunda del ser. Moratinos se refirió, por otra parte, a la necesidad de «detenernos y reflexionar en este nuevo mundo complejo e incierto». A su entender, «no sabemos parar y siempre estamos acelerados», una razón más por la que reivindicar espacios de reflexión como el que a través de su impulso comenzó a tomar forma hace seis años en Sant Lluís. «Solo por la paciencia de reflexionar juntos, ya salimos enriquecidos», reconoció ante el público.
Menudo chiringuito se ha buscado este gran zascandil Moratinos, pésimo ministro de Exteriores con ZP, con el temita Camus. Sería bueno saber cuánta pasta trinca por ello... Por cierto, ya cansa un poco estar continuamente con el asunto del tal Camus. Vamos, ni que fuese un menorquín ilustre o una eminencia internacional, cuando lo cierto es que jamás se interesó por esta isla ni puso un pie aquí. Su única vinculación con Menorca son sus abuelos maternos, pura anécdota circunstancial. Pero claro, a la progrez le mola, puesto que se trata de un tipo claramente anarquista, anticristiano y proclive al pensamiento nihilista, seguidor de Nietzsche y toda esa pseudo filosofía atea.