Verónica Arellano y Toni Riera tienen varias cosas en común. Son artistas, de Menorca (él de adopción, nació en Lleida), están comprometidos con el medio ambiente y utilizan material reciclado para sus creaciones. Además, sus caminos se han cruzado en varias ocasiones. Hace diez años participaron en una colectiva en Pittsburgh (Estados Unidos) y actualmente comparten espacio expositivo en Shanghái (China), en ambas ocasiones de la mano del colectivo con sede en Barcelona Drap-Art.
Un proyecto este último con 27 años de trayectoria a sus espaldas que reúne artistas globales en la Ciudad Condal y organiza además giras por otros países para «buscar impulsar un mundo más sostenible». Arellano y Riera conforman la representación menorquina en una muestra organizada por la Biblioteca Miguel de Cervantes de la ciudad china, en colaboración con Drap-Art, que lleva por título «Arte sostenible para un mundo más feliz» y se podrá visitar hasta el 7 de abril.
La exposición, comisariada por Tanja Grass, aborda el cambio climático, el consumismo y destaca la importancia de China en la economía mundial. El montaje incluye precursores en ese campo artístico como Teresa Gancedo y Bigas Luna, junto a diseñadores y creadores urbanos que representan las últimas tendencias. Artistas de España e Hispanoamérica dialogan «explorando la conexión entre ecología, ciencia y tecnología», explican los promotores del evento.
Arellano participa en la cita con tres piezas, entre ellas una que pertenece a su colección «Mujeres con muchos huevos en la historia», para la que se sirve de envases de ese producto con el fin de confeccionar un mural. En la zona exterior de la muestra exhibe el retrato de Ruan Lingyu, actriz china famosa por sus roles en el cine mudo y reconocida como una de las más prominentes estrellas del séptimo arte chino durante la década de 1930. Su aportación se complementa con dos obras plasmadas sobre un papel fabricado por ella misma a base de plástico reciclado recogido en la Isla. «Estoy muy feliz porque, por las noticias que me llegan, las obras están gustando mucho» y también por seguir colaborando con Drap-Art «con quienes comparto el mensaje que quieren trasladar al mundo».
Un sentimiento compartido por parte de Riera, para quien es «una alegría que la gente pueda ver fuera de Menorca y España mi trabajo». El artista participa con una obra que lleva por título «Motocà. Joguetes per a una illa deserta» confeccionada con la técnica de ensamblaje de piezas y, como es marca de la casa, con restos recuperados en las playas de Menorca. El resultado es una máquina que recoge elementos de plástico para después expulsarlos. «Me inspiré en la creatividad de los niños que juegan en la playa», explica el artista.