Treinta y cinco relatos y un epílogo dan forma a «Patios», la última antología de los talleres de escritura que dirige la periodista Ana Haro que desde hace 14 años reside en la Isla. El volumen fue presentado en Maó y el próximo 16 de mayo se dará a conocer en La Torre de Papel, de Ciutadella.
¿Qué es «Patios»?
- Es un libro más de los talleres de escritura, el séptimo que publicamos como libro colectivo. El objetivo cada curso o cada dos cursos es recopilar los relatos de los participantes en el taller y siempre con un lema, idea o de propuesta común a partir del cual cada participante elabora su relato.
¿Por qué este título?
-El tema del nuevo libro vino por la inspiración del lugar donde los dos últimos cursos celebramos los talleres presenciales que se llama The Patio, un local precisamente con patio que está en S'Arraval, en Maó.
¿Tanto da de sí un patio en la creación literaria?
-La excusa del ejercicio fue escribir un relato que ocurriera en este espacio creativo de Maó, pero después la propuesta se fue ampliando porque éramos muchos y los relatos podrían ser muy repetitivos, por lo que cada uno podría escribir un relato que sucediera en cualquier patio.
¿En qué tipo de patios suceden los relatos y cuáles son las historias elegidas?
-Los relatos suceden en un patio de casa, de una cárcel, de un colegio, comunitario, de una iglesia, entre otros, cada cual ha elegido un patio donde ocurre su historia. Hay relatos que son de terror, otros distópicos, realistas, autobiográficos, en realidad se trata de un mosaico de patios.
¿Cuántas personas han participado?
-En este libro hay participantes de los dos últimos cursos, se han mezclado algunos que participaron en el curso anterior, con otros de este, hay algunos que repetían y estaban en los dos cursos. Más o menos son los que hay en las antologías, excepto en la última, «La casa azul», fue un taller de un grupo de solo 9 o 10 participantes, aunque lo normal es que haya una treintena.
¿Cómo surgió la idea de organizar esta iniciativa en la Isla?
- Cuando vivía en Madrid asistía a talleres de escritura, siempre me ha gustado escribir, un poco me metí en el periodismo por amor a la escritura básicamente. Me encanta este formato, la idea, el espíritu que se genera en el taller, porque se junta gente a la que le gusta escribir y que también le gusta compartir, aprender de los otros. Cuando me vine a Menorca con la idea de instalarme en 2010, ya había estado aquí unos meses en 2006, busqué para apuntarme en alguno y vi que no había, por lo que pensé en montar un taller de escritura.
¿Y cómo lo hizo?
-Contacté con Mae de la Concha, de La Torre de Papel que ya conocía en la anterior estancia, le comenté que tenía ganas de montar un taller de escritura, me cedió el espacio y empezó allí la cosa, una afición que combinaba con el periodismo. Después los organicé en el Ateneu de Maó y en el Cercle Artístic de Ciutadella, donde siempre me han tratado muy bien, por lo que les estoy muy agradecida. Y al final la vida fue dando vueltas, el periodismo fue quedando en otro plano y ahora mi vida es esta, plenamente dedicada a los talleres literarios.
¿Cómo funcionan estos talleres?
- Está el taller que empieza en octubre y finaliza en mayo, suelo tener dos grupos, uno de iniciación y otro más avanzado de relatos, y luego tengo un grupo tanto en línea como presencial de proyectos, son los que tienen un libro propio en marcha y están trabajando con su propio proyecto, que llamamos laboratorio narrativo. Y después del curso oficial tengo algunos talleres digamos de formato más corto y más intensivos, son seis semanas para gente que quiere empezar a escribir o que hace mucho tiempo que no escribe y quiere retormarlo, con el espíritu lúdico de la escritura y con el ánimo de adentrarnos en lo que significa escribir historias.