La novela negra se encuentra en los últimos años en una de sus épocas doradas. El género policiaco triunfa desde hace décadas, pero quizás el momento actual es uno de los mejores que se recuerdan en ventas. Un panorama en el que Menorca, como escenario, también tiene su espacio reservado, tanto de la mano de autores foráneos como locales. A continuación hacemos un repaso a varios crímenes literarios con algún tipo de conexión insular.
«La Isla del viento» (1990)
Aunque el nombre no aparece de forma explícita, su autor, el periodista Juan Luis Cebrián, ya avanza en las primeras páginas que su segunda novela está dedicada, además de su mujer Teresa, a Menorca, «la isla que inspiró el relato». El que fuera fundador y durante muchos años director del diario «El País» ahonda a lo largo de 224 páginas en la historia de un viejo detective de Scotland Yard. Retirado en una isla con el amor de su vida, una joven periodista, ambos investigan la extraña muerte de un traficante de armas. Durante su reciente visita al Ateneu de Maó, cuando se le pidió por parte del público que recomendara una novela suya, lo tuvo claro: «La isla del viento».
«No nos dejan ser niños» (2014)
«No todo es idílico en Menorca» se puede leer en la portada de esta novela firmada por el autor catalán Pere Cervantes. Un relato que sigue las pesquisas de una pareja de policías menorquines, Roberto Rial y María Médem, intentando resolver el enigma que plantea la aparición de dos sexagenarias asesinadas. El escritor regresó a la Isla para una segunda entrega, titulada «La mirada de Chapman (2016), y ambientada, curiosamente, durante la celebración de la primera Semana Negra de literatura que acoge «la idílica Ciutadella», apunta la sinopsis.
«Premonición» (2021)
Estamos ante el comienzo de la saga policiaca con conexión menorquina más duradera, firmada por la escritora, y también doctora en Medicina, Rosa Blasco. El éxito de este título, en el que presentaba a Simonetta Brey, una joven y prestigiosa forense, que recala en Menorca, y al comisario Darío Ferrer, uniendo esfuerzos para resolver una serie de asesinatos de médicos jubilados, tuvo una continuación al año siguiente con «Perturbación». El próximo mes de mayo verá la luz una tercera entrega, «Fatalidad», promocionada como «muertes inesperadas en una antigua cantera de Menorca». Preguntada por el creciente éxito de la novela negra, respondía en su día que «porque capta muy bien la atención del lector y le obliga a hacer un ejercicio de búsqueda, y eso gusta a los seres humanos. Hay otro tipo de literatura más reflexiva, pero la policíaca suele ser una novela rápida en la que nos gusta averiguar el culpable».
«L’Illa sense temps» (2016)
La escritora menorquina Esperança Camps se ha sumergido varias veces en el género policiaco, y en este caso utilizó localizaciones de su Isla para dar vida a una historia que cuenta como protagonista con Júlia Cases, una escritora y periodista, y el asesinato de una anciana como telón de fondo. Una obra con los elementos básicos de una narración policíaca que añade como complemento un análisis social Camps firmó también otras novelas negras, como «La draga» (2017) y «La cara B» (2015), aunque ambientadas en escenarios fuera de su tierra natal.
«El eco perdido» (2024)
Tras una primera etapa como escritor de ciencia ficción a través de la trilogía «La Alianza Púrpura», el menorquín Pablo Bolivar dio el salto el año pasado a la novela negra. El cuerpo de un arqueólogo aparece con la cabeza destrozada en el poblado talayótico de Trepucó. La inspectora Helena Ventura es enviada a resolver el caso a la tierra que la vio crecer. Junto con el peculiar agente local Josep Ribas, ambos seguirán los pasos de un asesino en serie que no obedece a las reglas de la criminología.
«Arenal» (2019)
Durante la década pasada, Joan Pons estuvo más centrado en la poesía que en la novela, género este último al que regresó a finales de 2019 con un título policiaco, rescatado de su cajón de trabajos pendientes, que vio la luz bajo el seudónimo de Joan Aram. La trama esta protagonizada por un policía nacional menorquín que se encuentra con los restos de una casa incendiada y tres cadáveres en un arenal que bien podría ser el D'en Castell, «la playa de mi infancia», confesó el autor en su momento.
«La extraña desaparición de Paco Lázaro» (2015)
Misterio y reflexión. Esos son dos de los elementos que ayudan a moldear la sexta novela del menorquín Pedro J. Bosch, centrado en narrar como la tranquilidad de Menorca se ve alterada por una serie de acontecimientos. Jorge Lázaro, hermano del desaparecido que da nombre a la novela, viaja de Londres a Menorca para tratar de resolver el inquietante caso. Se encontrará por el camino a un antiguo amor del instituto, a su insatisfecha hermana, a un grupo clandestino de Maó que quiere boicotear las fiestas de Sant Joan. Una novela de misterio con mucho sabor local.
«Los Cadáveres equivocados» (2021)
Las muertes no se hacen esperar en esta novela firmada por Juan Luis Hernández, profesor jubilado y articulista de «Es Diari». Los dos asesinatos en el aeropuerto de Menorca son el motivo de la investigación del comisario Montes, la persona encargada de desmarañar la historia de suspense a través de la pluma del escritor menorquín.
«La isla del viento» (2025)
Con el mismo título escogido por Cebrián, el escritor Alberto Estellés cierra este paseo por la novela negra con conexión menorquina. En este caso con una obra de reciente publicación que ya desvela sus cartas en el subtítulo: «Un asesinato en Menorca». Ciutadella celebra su día grande en las Fiestas de Sant Joan cuando un trágico suceso hace saltar todo por los aires: el cuerpo de Eva Moll, hija del empresario más importante de la isla, aparece flotando sobre las tranquilas aguas del puerto. El misterio está servido.
gabilom57Quería decir "Echo a faltar"