En su segunda temporada en Maó, la galería Albarrán Bourdais apuesta por una programación que se extiende tanto en el tiempo como en el número de propuestas. Tras la colectiva con la que arrancó 2025 y la reciente muestra del fotógrafo Alberto García-Alix, la firma inaugurará el 7 de junio su exposición central, fruto de su primera colaboración con el artista mexicano José Dávila (Guadalajara, 1974), que lleva por título «Ensayo de permanencia».
Dávila está considerado como uno de los artistas contemporáneos mexicanos más destacados a nivel internacional. Su obra está profundamente influenciada por la arquitectura, el diseño y el minimalismo, y a menudo se centra en analizar las tensiones entre equilibrio, gravedad y fragilidad, así como las relaciones entre objetos, espacio y materialidad.
«Ensayo de permanencia» supone un paso más en la investigación de esos aspectos desde la perspectiva de un creador formado originalmente como arquitecto que se ocupa, argumentan desde la galería, de poner el foco «en los mecanismos físicos que permiten a los objetos sostenerse y ocupar un lugar en el entorno».
Apuntan desde Albarrán Bourdais que el interés de Dávila por las estructuras megalíticas, entre ellas las talayóticas de Menorca, «conecta su práctica con gestos primarios de ocupación del territorio y observación del cosmos, subrayando una dimensión esencialmente humana en la manera de relacionarnos con la materia».
Su propuesta se reparte a través de los diferentes espacios que le ofrece el señorial edificio que acoge a la galería. La serie «Inquietud fundamental», instalada en la planta baja y el primer piso, está compuesta por esculturas que retoman el acto ancestral de colocar objetos en el espacio. «A partir de combinaciones de fuerzas aparentemente contradictorias, estas obras construyen situaciones de equilibrio inestable, donde la gravedad, más que un obstáculo, se convierte en el agente que sostiene y define la forma», explican los galeristas.
Estableciendo un diálogo con tradiciones como el minimalismo y el arte conceptual, Dávila reinterpreta materiales comunes, como pueden ser el cemento, la piedra o el acero, para otorgarles un nuevo significado a través de su interacción con el espacio. Y en lo que se refiere a los materiales, cabe destacar la experimentación realizada con uno tan local como la piedra viva de marés, que le ha servido para dar vida a dos de las obras de «Ensayo de permanencia».
Una muestra que también incluye una serie de pinturas, «Fragmentaciones del espacio interior», que se reparten por toda la galería. En este caso, sobre lienzos de lino crudo, el artista enmarca negativos de formas geométricas primarias delimitados por pintura blanca. Por otra parte, suspendido en el patio central del edificio se podrá contemplar el móvil «Homenaje al cuadrado», con el que establece un vínculo directo con Josef Albers, un nombre fundamental en la historia del arte moderno. Por último, en la segunda planta, los visitantes podrán ver una instalación suspendida compuesta por piedras de río, un tronco de madera y una viga pintada.
Eco internacional
Dávila ha sido reconocido con premios como el Baltic Artists’ Award en 2017 y la mención Artist Honorée en el Hirshhorn Museum en 2016. Su obra se encuentra en prestigiosas colecciones internacionales tanto públicas como privadas, tales como el Guggenheim (Nueva York), el Centre Pompidou (París); el museo Reina Sofía (Madrid) o el Hamburger Kunsthalle, (Hamburgo), entre otras.
¿Dónde exactamente está desafiando la gravedad?