Ojos brillantes, complicidad, gran respeto, pasión... es lo que desprenden estos jóvenes músicos nada más entrar en su trayectoria visual.
Lo que no se espera de ellos a una mirada superficial es el nivel de musicalidad, control, técnica y afinación que llegan a alcanzar interpretando un repertorio tan complejo y atrevido como el que acabamos de escuchar en esta cálida noche del agosto menorquín.
Pero Pilar Carreras y su equipo de Joventuts Musicals de Ciutadella, lo han intuido todo esto y han apostado por el Siena Ensamble, grupo recientemente constituido a pesar de la ya importante trayectoria individual de cada uno de sus integrantes, programando este penúltimo concierto en su reconocido Festival de verano donde nunca falta una cariñosa mirada al repertorio vocal. «¡Es que a los menorquines nos gusta mucho cantar!»
Quizás cómplices las estrellas y el inmejorable marco del Claustro del Seminario o la preciosa letra sapientemente llevada por el rapsoda Joan Roger que nos acerca y guía en este territorio musical muy poco explorado, la aspereza de las notas del repertorio de B.Britten (1913-1976) elegido para abrir el concierto, pronto se suaviza y, de repente, nos encontramos entre el acogedor regazo del repertorio renacentista escogido por el maestro Joan Seguí para hacer de puente entre los dos mundos de la primera y segunda parte del concierto.
Un salto temporal y estilístico muy difícil de conjugar si no fuera por la encantadora destreza con la que nuestros anfitriones de hoy han sabido conducir la impactante lírica contenida en los textos de todas estas obras - la muerte como hilo conductor - y que tan poco tiene que ver con la frivolidad del verano y la juventud de los intérpretes.
«Mein junges Leben hat ein End: Mi joven vida ha llegado a su fin, al igual que mi alegría y mi sufrimiento.
Que mi pobre alma abandone mi cuerpo pronto»
Recita el impresionante órgano positivo estrenado justo estos días en Menorca y cuyo diseño es obra de la etérea soprano Marta Esteban.
«Mi vida ya no puede sostenerse, es débil y debe morir junto con todo mi sufrimiento». Le hace hábilmente declamar Joan Seguí, transformando en pura magia aquellas variaciones compuestas por el neerlandés J.P. Sweelinck (1562-1621) que, escapando de las prohibiciones calvinistas al uso del órgano durante las funciones religiosas, convierte esta melancólica melodía en su más destacado éxito.
Sweelinck, recordado como el «Orfeo de Ámsterdam», preanuncia con su obra mucho de lo que vendrá con el supremo Bach.
Con esta elección, Joan Seguí, menorquín de orígenes y ya muy conocido a nivel internacional por su virtuosismo, nos coge de la mano hasta entrar en el espíritu del motete más extenso y musicalmente complejo del gran compositor alemán, posiblemente la obra cumbre de todo el periodo barroco.
El pesimismo y la tristeza de la visión moderna de B.Britten enfatizados por las sonoridades agudas y estridentes, viene ahora reemplazada por los sentimientos completamente opuestos propios de la percepción luterana de J.S.Bach(1685-1750). La muerte como nuevo inicio.
La alegría y la fuerza frente a los tres grandes enemigos (el pecado, el miedo y la muerte) que el texto luterano de este himno funerario quiere transmitir en cada paso, bien se comunican al público atento y entregado a través de las voces limpias, frescas y atentas a cada dinámica e insidia de las complejísimas fugas, para devolver aquel mensaje de paz y esperanza que la tormentosa y frenética vida moderna nos quiere quitar si no somos capaces de encontrar un espacio de espiritualidad, silencio y belleza .
La misma paz y belleza que estos grandes compositores tan diferentes y tan lejanos en el tiempo y por cultura, han encontrado y nos han regalado de la mano de estos maravillosos intérpretes de hoy. Aquella paz que en Menorca aún encontramos.
A pesar del antiguo dragón,
de la venganza de la muerte
y del temor que infunden,
ruge y salta, mundo,
que yo sigo cantando
seguro y tranquilo.
¿Clara*, cómo te sientes en presentar este concierto en Menorca?
Feliz.
Jesu, meine freude.
Jesu (=música, arte, amigos, familia...), mi alegría.
(*ndr.Clara Enrich Genestar : soprano de Ciutadella)
... mejor hablamos sólo de música...