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Tres alcaldes, 40 años, tres ideologías y un pueblo

Los veteranos ediles que han regido la localidad comparten una visión de la política de proximidad, donde el acuerdo pesa más que las consignas

Desayuno en Biniserrallet. Xisco Ametller, Toni Pons i Ramon Orfila conversan sobre el pasado, el presente y el futuro del municipio. | Gemma Andreu

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Tres o cuatro veces al año, cuando las agendas del alcalde y de sus dos predecesores lo permiten, Xisco Ametller Pons, Toni Pons Fuxà y Ramon Orfila Pons, con 40 años de alcaldía de Es Mercadal entre los tres a sus espaldas, comparten un buen desayuno menorquín y una tertulia de política local y actualidad. Esta primavera se reúnen en el lloc de Binisserrallet y, entre embutidos, crespells, pudin de brossat y queso Mahón-Menorca de Lluriach, desgranan temas, recuerdan anécdotas y le desean a quien sea elegido nuevo alcalde que pueda ejercer varios mandatos seguidos como hicieron ellos para consolidar los proyectos municipales.

Distintos partidos

Xisco Ametller Pons (Sant Lluís, 1962), alcalde por el PSOE desde 2010 hasta hoy, ha pasado por el Ayuntamiento antes del encuentro a media mañana y bromea con los exalcaldes diciendo que mejor no entren en el consistorio porque cada vez está más complicado. Ellos mismos destacan que no es algo que suceda en todas partes –más bien en casi ninguna– que se reúnan tres ediles de tres partidos o movimientos políticos distintos y que «es muy positivo para el pueblo que haya buena relación entre diferentes tendencias políticas porque cuando hay crispación falta la gestión».

Xisco Ametller. | Gemma Andreu

Añade que «la gestión pesa mucho y la gestión son los intereses del pueblo y muchos coinciden entre todos los partidos. ¿Quién no quiere para el pueblo una mejor zona deportiva o zona escolar? Todo esto está claro, el tema es cómo, y aquí hay diferencias, pero se busca la manera de ponerse de acuerdo y así el pueblo progresa porque si no el pueblo se para. ¿Cuanto tiempo hace que oímos hablar de la escuela de música de Ciutadella o del Conservatorio en Maó y de la piscina en Alaior y venga y venga y venga... Aquí ya tenemos la piscina cubierta, con todas las dificultades que ha habido».

Por otra parte, el traspaso de información de un alcalde al siguiente o las posibles consultas de un edil al anterior permiten «una mejor visión de la jugada». Tanto Ametller, que no se presenta de nuevo, como Pons Fuxà y Orfila Pons están a disposición del nuevo alcalde que tomará posesión del cargo de junio «sea del color que sea».

Toni Pons Fuxà (Es Mercadal, 1934), alcalde entre 1983 y 1999 por AP y PP, añade que «si los jóvenes no aceptan consejos de los anteriores ediles sería un error garrafal por su parte». A pesar de todo lo que ha cambiado Es Mercadal y el mundo desde 1983, Pons Fuxà opina que «si tuviera 40 años, con todo el sistema que hay hoy... En el fondo es lo mismo, escuchar lo que dice el pueblo, ir por la calle, hablar con la gente». Comparten los tres que la proximidad con el pueblo es la clave. «Muchas redes sociales, mucha comunicación, pero hablar con la gente, conocerse cara a cara es otra cosa» dice Ametller.

Toni Pons Fuxà. | Gemma Andreu

Ramon Orfila Pons (Es Mercadal, 1949), alcalde desde 1999 hasta 2010 por Acord y Entesa per Mercadal i Fornells, recuerda que en el primer mandato hizo un curso de comunicación y le preguntaron cuántas personas le paraban cuando iba por la mañana al Ayuntamiento, «porque la gente te espera, saben a qué hora entras». Cuando contestó que eran unas cuántas, el especialista en comunicación política vaticinó que volvería a ser alcalde, y no se equivocó.

Ramon Orfila. | Gemma Andreu

Cercanía para lo bueno y malo

Los vecinos quieren «poder hablar contigo y saber si vas a poder o no solucionar un problema que tienen» explica Pons Fuxà. Como alcalde, continúa, hay que «saber hablar con toda la gente, de un lado y del otro. Sin desmerecer a directores generales u otros cargos, el de alcalde es un puesto muy difícil». «La primera vez», recuerda el mandato de 1983 a 1987, «tuve bastantes votos de gente que era de izquierdas, que vinieron a decirme: mira Toni, tu partido son un ranxo de centurions pero tu...», destacando que era a la persona a quien votaban.

Orfila Pons sin embargo dice que «cada uno tiene su ideología y ha tenido su proyecto de pueblo pero por encima de todo está el amor al municipio, con el objetivo de hacer cosas por el pueblo».
Y cosas por el municipio se han hecho muchas y desde 1983 ha cambiado incluso el territorio puesto que Es Migjorn entonces aún pertenecía a Es Mercadal. El exalcalde Fuxà recuerda que «hicimos mucho trabajo con Es Migjorn», que se independizó en 1989. Por otro lado, con el núcleo de Fornells y Es Mercadal «eran tres fines de semana de fiestas».

Xisco Ametller apunta que «las fiestas son duras, es uno de los momentos más delicados». Y recuerdan al joven que quedó tetrapléjico en 2004 al ser empujado por otro joven al agua en las fiestas de Fornells. Además de las consecuencias personales, el TSJIB condenó al Ayuntamiento a abonarle 1,6 millones de euros.

Elecciones

Ante el 28 de mayo apuntan que cada vez que un alcalde decide no volver a presentarse -como sucede ahora y ha sido en el caso de los tres tras 16, 11 y 13 años de alcaldía respectivamente- hay «el intríngulis» de saber a dónde irán los 300 votos que son personales, los que no se heredan, los que van directamente a la persona. «Estos, al cambiar de alcalde, no se sabe a dónde irán». En cambio, si continua el mismo alcalde «hay un concejal, que por ser alcalde ya lo tienes». Cada concejal de los once que tiene Es Mercadal son unos 170 votos, ya que se reparten unos 2.000 votos, como en las elecciones de 2019.

El apunte

El primer mandato es solo para llegar, entrar, sembrar...

Desconociendo el día a día del Ayuntamiento de Es Mercadal, con 5.676 habitantes, podríamos pensar que es fácil ser primer edil de este municipio o podríamos criticar que el alcalde no resuelva tal cosa o mejore tal otra. Sin embargo, hablando con quienes han sido durante los últimos 40 años los tres alcaldes del segundo municipio de Menorca en extensión, con casi 140 kilómetros cuadrados, con varios núcleos de población como Fornells y urbanizaciones que cada vez tienen más residentes todo el año, con dos puertos náuticos y atractivos turísticos como El Toro o el faro de Cavalleria, la perspectiva empieza a ser otra.

Cada uno de ellos encadenó tres o cuatro mandatos y comparten la opinión que el primero de ellos fue solo para entrar en el Consistorio, para conocer las características de gestión del municipio y sus problemas y para sembrar los proyectos que en el segundo o tercer mandato darían sus frutos.

En todo caso, cuando entra un nuevo alcalde, como sucederá en junio, ya tiene mucho pa tallat dicen, mucho trabajo hecho, y dar continuidad a lo iniciado por otro edil ya son muchas tareas a desarrollar.

Alcalde para 2023-2027

Orfila Pons apunta que «si me pidieran un deseo para el nuevo alcalde, pediría que tuviera la continuidad que hemos tenido nosotros, que pueda dedicarse a servir a la ciudadanía dos o tres mandatos para consolidar el trabajo y además, que trabajen con la actitud positiva que hemos tenido nosotros».

Xisco Ametller cree que «nos tenemos que adaptar a los nuevos tiempos, las urbanizaciones, el turismo de ahora, el tema medioambiental, la sequía... Son muchas cosas».

Y Orfila añade sobre las urbanizaciones que «el Ayuntamiento se tiene que dedicar a lo que necesita la gente, y si la gente vive todo el año, las necesidades cambian, aumentan. La pandemia nos ha mostrado otra manera de entender la vida, los problemas de las distancias, toda la digitalización, la gente mayor que no sabe usar internet... Un Ayuntamiento de servicio debe estar pendiente de la gente, servirla, orientarla también a otras administraciones.

Fuxà corrobora que el Ayuntamiento, la administración más cercana, y el alcalde deben cumplir «dos condiciones, la cercanía -que es un sacrificio- y la confianza».

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