Sin que aún se hayan celebrado las elecciones, casi puede decirse que los partidos de izquierda ya tienen en su haber un diputado más que el bloque de derechas. Será uno de los 13 que se eligen en Menorca, donde la izquierda está más fuerte que en otras islas y donde se eligen más escaños que en otros territorios. En Ibiza, donde la derecha ganará si se cumplen las encuestas, se eligen 12 diputados, uno menos, por tanto, lo que de entrada da aparente ventaja en esta ocasión al bloque de Francina Armengol.
También en Formentera es muy probable que la izquierda se haga con el único diputado que elige. Concurre en una única lista frente a la derecha, que presenta dos porque Vox va por separado. Como solo se elige un diputado, la lista más votada, aunque sea por un solo voto, se adjudica el escaño; con muy pocos votos, hay un escaño.
La descompensación
El bloque que lidera Francina Armengol gana, por ahora, la batalla de las Islas a la espera de saber qué pasa en Mallorca, que es donde muy probablemente se decidirá todo en esta ocasión. El sistema electoral balear que se consensuó a principios de la autonomía se pactó tras complicados equilibrios políticos que se cerraron con una representación de Mallorca muy por debajo de la que le correspondería en función de su población.
Mallorca elige 33 diputados, lo que implica que, con una población de 914.564 habitantes hay un escaño por cada 27.714 residentes. El equilibrio de fuerzas se descompensa en Menorca, donde sus 96.467 habitantes eligen 13 escaños es decir, hay un diputado por cada 7.420 habitantes, casi cuatro veces menos que en Mallorca. Ibiza elige 12 diputados, uno por cada 12.850 habitantes, y Formentera elige un diputado por sus 11.562 habitantes.
Hay un claro desajuste entre Menorca y Eivissa, donde la isla con más población elige un diputado menos, algo que los partidos ibicencos quieren enmendar en la próxima legislatura. La solución más fácil sería quitar un diputado a Menorca y asignárselo a Ibiza, pero a veces las soluciones más fáciles se complican cuando la política entra en juego.
Si se mira el resultado de las elecciones de 2019, se ve de forma nítida la descompensación del peso de las islas en el Parlament balear. Por ejemplo, Ciudadanos necesitó 11.562 votos de media por cada uno de sus tres diputados en Mallorca y el PSIB logró sus diputados con una media de 9.265 votos. En Menorca, el partido que más votos necesitó para lograr un escaño fue Cs, con 3.832 por diputado, pero al PP cada diputado le costó apenas 2.621 votos, muy lejos de los más de 9.000 que necesitó en Mallorca. También en Eivissa ha diferencia entre los 2.776 votos de media del PSIB y los 5.299 de Podemos.
Palma y Part Forana
Con las cosas más claras en Formentera, Eivissa y Menorca, la gran duda de estas elecciones es qué pasará en Mallorca, la isla donde se necesitan más votos para lograr representación. Es en Mallorca donde puede librarse la batalla decisiva en estas elecciones. Parece que Palma mira a la derecha, al menos en apariencia, pero está por ver hacia dónde mira la Part Forana.
En ese choque entre la capital y el resto de Mallorca se resolverá la incógnita de estas elecciones. La derecha puede ganar Palma pero perder la Part Forana y eso será un problema porque la izquierda ya viene con la ventaja de Menorca y de Formentera. estas elecciones, más abiertas que otras anteriores, se juegan en muchos ámbitos.
La otra clave de la Ley Electoral: el límite del 5 %
Además de la división electoral por Islas, algo que no pasa en unas elecciones generales donde toda la Comunitat elige una misma lista, la otra clave esencial para decidir el resultado electoral está en el límite de votos para acceder al Parlament. Los partidos necesitan conseguir un mínimo de un 5 % de los votos en la isla en que se presentan para lograr escaño en el Parlament. Ese puede ser el talón de Aquiles de Cs y del PI, dos partidos que están al borde de este porcentaje que marca la ley.