Rubén P. Atienza Ciutadella
Febrero de 2008. La menorquina Clara Martí Triay y su compañera de estudios, Seshena Ruan, se enfrentan a la tarea de elegir el proyecto de final de carrera para licenciarse en Turismo. Finalmente, optan por la idea de realizar un estudio de mercado sobre la viabilidad de instaurar en la Isla un negocio de bus turístico, un producto de moda en muchas ciudades del mundo pero que en este caso tendría un innovador valor añadido: una ruta que recorriera todas las poblaciones y puntos de interés de Menorca.
Finalmente, y dada la magnitud del proyecto, Martí y Ruan optaron por realizar dos itinerarios, uno por la zona Oeste y otro por la Este, que pasan por todas las localidades de la Isla, algunos de sus monumentos más conocidos y varias playas. Hasta ahí, todo muy bonito, pero de lo que se trataba principalmente era comprobar si existía una demanda potencial importante del servicio. Y la respuesta a las 500 encuestas realizadas entre turistas durante el verano de 2008 fue muy positiva. El 75 por ciento de los visitantes confesaron su predisposición a comprar un billete.
Las cosas empezaban a salir bien, y lo que había nacido como un simple proyecto de fin de carrera para poder licenciarse comenzó a transformarse en un negocio de futuro. Fue por ello que las dos estudiantes se plantearon la posibilidad de convertirse en empresarias, pero desgraciadamente la coyuntura económica no era la más adecuada. Así, después de realizar el estudio de mercado, el plan de marketing, la organización de personal y concluir con el plan económico y financiero, las jóvenes emprendedoras se vieron obligadas a abandonar su idea tras su primera visita al banco. Allí les informaron de que necesitaban 100.000 euros de capital inicial y solicitar un préstamo de 900.000 euros.
Según reconoce Martí, para haberlo sacado adelante hubieran hecho falta muchos socios, pero lo mejor de todo es que los cálculos realizados apuntaban a obtener ya beneficios durante el segundo año de actividad. Sin embargo, Martí no se rinde, y es por ello que tiene previsto reunirse próximamente con los responsables de las áreas de Movilidad y Turismo del Consell para presentarles el proyecto. La joven considera que la empresa que han diseñado serviría "para promocionar otro tipo de turismo en Menorca que no sea sólo sol y playa, y muchas otras cosas interesantes".
Previsiones
Las previsiones del proyecto apuntaban a vender 225.000 billetes durante el primer año (de mayo a octubre). Los precios para adultos serían de 9 euros (un día) y 15 (2), y cada una de las rutas se podrían realizar en un mínimo de 2,5 horas. Como infraestructuras, la empresa preveía invertir en 8 autobuses, cuatro de ellos descapotables, mientras que en el capítulo de personal se necesitaría contratar una veintena de empleados.