La declaración de la Isla como territorio libre de lengua azul ha sido el principal motivo de la recuperación del mercado peninsular de ganado vacuno tras varios años de complejidades y dificultades en el sector. Este impulso, tildado de "significativo" por la consellera de Agricultura, Antònia Allès, ha pasado de 81 movimientos de ganado vacuno fuera de la Isla en 2006 a los 894 movimientos registrados en 2009. Allès resalta estas cifras aunque por otra parte apunta una bajada del número de sacrificios realizados en el matadero.
Cabe recordar que Menorca no pudo exportar animales vivos de ganado vacuno entre los años 2000 y 2005 debido a los brotes de lengua azul detectados entre el 2000 y el 2003. Gracias a exhaustivos controles y medidas preventivas llevadas a cabo ante la detección de un posible nuevo brote, Menorca fue declarada territorio libre de lengua azul en octubre de 2005 a diferencia del resto de la Península que no lo es. Para la consellera, "haber apostado por la prevención" y no actuar solamente en momentos de plaga ha sido clave para que el sector haya podido remontar y volver a entrar en los mercados peninsulares con que contaba antes de 2000. Otro síntoma de la recuperación de los mercados se halla en los 1.212 animales que salieron hacia la Península entre septiembre y diciembre (época de parto de las vacas lecheras) de los dos últimos años.
Antònia Allès resalta el restablecimiento de Catalunya como primer mercado de destino, un mercado de engorde y que se recuperó en 2007 exportando 93 cabezas (otras 32 cabezas fueron exportadas a Galicia y seis a Aragón). En 2008 se registraron 550 movimientos de los que 488 fueron destinados a Catalunya, 42 a Valencia y 21 a Galicia. Finalmente, el año pasado, con 894 movimientos, Catalunya aglutinó la mayor parte de la exportación con 853 cabezas de ganado. Valencia recibió 23 y Galicia 19. Es así como desde 2007 Catalunya ha recibido 1.434 reses procedentes de la Isla.
La Isla cuenta a su vez con un grupo de fincas centinelas, nueve en total, repartidas por todo el territorio insular donde se llevan a cabo controles quincenales en épocas más proclives a recibir mosquitos y mensuales el resto del año. Estas fincas reciben el apoyo económico del Consell, cuya ayuda asciende a unos 450 euros, así como una aportación del IBABSA, partidas dirigidas a los estrictos controles contra la plaga de la lengua azul.
La consellera asegura que la recuperación se ha producido gracias a la fortaleza de las fincas, que han sabido sustentar el sector tras varios años de dificultades y complejidades.
A pesar de esta recuperación "real y significativa", el Consell indica que las cifras aún distan de los datos registrados en 1999.