Las banderas ondeaban al son de la música, la sidra era escanciada con arte y los platos de potaje danzaban a ritmo de cultura. Y es que ayer el Centro Asturiano en Menorca organizó la tradicional fiesta de la fabada celebrada en el Recinto Ferial de Es Mercadal. El aroma que la fabada iba esparciendo por el recinto a medida que iba cociendo consiguió congregar a más de 250 personas.
En torno a las 14 horas se abrieron las puertas para que el público empezara a conversar con la cultura asturiana a medida que escanciaba la sidra y daba un bocado al surtido de quesos de la región, con el ahumado de Pría, el de Cabrales, el de tetilla de Oscos, el de Bellos y Ovín. Pero el plato fuerte, elaborado por Daniel González Mora de Sa Pedrera des Pujol, aún estaba por llegar. Los encargados de cocina le daban los últimos retoques para que la salida al ruedo fuera un éxito. Y así fue. Los platos comenzaron a pasear arriba y abajo. Y con sólo mirar las caras de los allí presentes ya se podía descifrar que estaba riquísimo.
Así lo confirmó Sergio Delgado, asturiano aunque afincado en la Isla desde hace cuatro años. "Se agradece poder degustar productos de la tierra en un entorno muy asturiano". Por su parte, Pedro "Guaje" aseguraba que "los productos saben mucho mejor que en la tierra porque estamos lejos de ella". Con el postre, casadielles y suspiros del Nalón, llegó la actuación de la tierra a cargo del gaitero, monologuista y constructor de gaitas Vicente Prado "El Pravianu" quien puso la guinda a la jornada. El encuentro contó con varios políticos, entre ellos, el presidente del Consell, Marc Pons.
Así fue como los 50 kilos de fabada y los 600 litros de sidra supieron no sólo a gastronomía sino también a recuerdos y tradición.