Había un buen motivo -la recaudación era a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer y, sobre todo, ganas, muchas ganas. Por eso, el Teatro Principal de Maó presentó anoche el lleno de las mejores noches de ópera y un ambiente como pocas veces se ha visto. Lo anticipaba el personal del coliseo mahonés vestido para la ocasión al más puro estilo del Café Teatro Salón, que volvió a hacer vibrar y reir al público casi seis años después de que el telón cayera por última vez.
Andrés, Justo, Paco, Cristina, Raúl, Fermín, Manuel, Nini, Omar y la Estanquera tiraron de pasodoble, copla, cabaré, de picardía y nostalgia para deleitar a un público entregado y recordar con su espectáculo que somos lo que fuimos y que no quedan tan lejos - al menos en la memoria de muchos- los tiempos que tan bien reflejó el landismo.
Fue una noche de ver más desde la nostalgia que desde los ojos y de regalar aplausos a un arte que abarcó desde La Jurado a Broadway, que tiró de ironía y desparpajo, como antídoto contra la melancolía de un "Salón" añorado por muchos.