Los trabajadores de las oficinas de Correos de Ciutadella y Maó han salido a la calle para protestar contra el llamado "apagón postal": recorte del presupuesto de la empresa pública en un 43 por ciento, y la reducción de la contratación en más de 5.000 personas durante el último año.
La protesta pretende ser un toque de atención al Gobierno central pero también a la población en general sobre la situación de este servicio público. Montse Pascual, representante de Comisiones Obreras, explica que el panorama actual perjudica a diferentes sectores. "Los primeros, los trabajadores de Correos que están en el paro porque desde hace tiempo no se contrata a nadie de la bolsa de trabajadores rotativos del ente; Los segundos, los trabajadores que estamos en activo, puesto que tenemos que asumir nuestras funciones y además las de aquellos que no han sido contratados; Los terceros, los ciudadanos de a pie, que reciben un peor servicio".
Tanto Pascual como Luís Camarero, representante del sindicato CGT, exteriorizan su temor a que estos recortes sean el avance de una posible privatización de la empresa pública. En este sentido, Camarero recuerda que "a partir del 31 de diciembre de este año se liberalizan los servicios postales en España, y Correos no ha desmentido en ningún momento que se vaya a vender la empresa y, por tanto, a privatitzarla". Por ello, durante los próximos días están convocados actos de protesta en diversos puntos de España, y a partir del 10 de junio, si no cambia la situación, está prevista una huelga general en Correos que sería secundada también en Menorca.
Los empleados de Correos hicieron ayer un llamamiento a la población en general para que se solidarice con ellos y proteste ante lo que consideran es una pérdida de calidad en un servicio público.