Atajar las actitudes incívicas, garantizar la seguridad y adecentar el principal punto de conexión entre el puerto y el centro de Maó es el triple objetivo que persigue el Ayuntamiento de Maó con la actuación que la Brigada Municipal está ejecutando en el Parc Rochina. Operarios de este servicio municipal están construyendo un muro, sobre el que se instalará una valla de tela metálica rígida, en sustitución de los elementos de protección existentes hasta ahora en este punto del cantil.
"Pretendemos evitar que la gente pueda acceder a esta zona del jardín, que coincide con uno de los puntos más débiles del acantilado, y adecentarla", explicó la teniente de alcalde de Ciudad y Medio Ambiente, Gari Petrus. Pese a que se dejará un acceso para permitir la limpieza periódica, la intervención podría contribuir a que este sector del Parc Rochina deje de presentar el aspecto sucio lucido en ocasiones, por mor de quienes, esquivando la valla, se colaban allí, dejando todo tipo de residuos.
La actuación que se está desarrollando en Ses Voltes ha supuesto "la puesta a punto del jardín y se complementará con el acondicionamiento, que incluirá el enjalbegado, de toda la fachada marítima, incidiendo en las cuestas, las escaleras y los miradores", detalló Petrus, quien no ocultó, sin embargo, el trasfondo de la intervención, que no es otro que el nuevo aplazamiento de las obras de consolidación del acantilado.
Aplazamiento
Lo había avanzado el alcalde Vicenç Tur hace un par de semanas y la responsable de Ciudad y Medio Ambiente reafirmaba ayer que la sustitución de la valla de tela obedecía también a garantizar la seguridad de la zona hasta que pueda ejecutarse el afianzamiento del cantil, algo que se pospone habida cuenta la envergadura y el coste de la intervención. "Éstas serán unas obras muy importantes y, de momento, tendrán que esperar", lamentó Petrus.