Margaret Murray se encargó de excavar el poblado talayótico de Trepucó en 1931. La arqueóloga se encontró, en un espacio de 5.000 metros cuadrados, con dos talayots y la taula más grande de la Isla. Actualmente, sólo se conserva una pequeña parte de lo que fue el asentamiento pero ello no le resta belleza ni misterio.
Los talayots eran construcciones destinadas a la vigilancia del territorio, mientras que las taulas se convertían en un santuario o espacio de culto. También pueden verse restos de viviendas con patio central y diferentes habitaciones, por lo que existen dos zonas, la comunitaria y la doméstica. El poblado fue destruido violentamente durante la Segunda Guerra Púnica pero durante la excavación arqueológica se descubrió diferente utillaje doméstico muy bien conservado que hoy puede visitarse en el Museu de Menorca. En cuanto a la procedencia de los nombres, el del talayot provendría de atalaya, por su carácter defensivo o de vigilancia; el de la taula, derivaría de mesa, por la forma que poseen este tipo de construcción.
Lo que se sabe
Una vez comentados los datos básicos de este poblado, hay que decir que, por lo general, los turistas ya conocen algo de la historia del lugar que van a visitar. Una de las preguntas que más se repite hace referencia a cuál sería el sistema para poder colocar las piedras tal y como están y por qué los antiguos habitantes escogieron esa forma en concreto. Unas cuestiones que no dejan de ser misteriosas. Quizá por eso, casi todo aquel que visita el recinto y ve cómo la taula se mantiene en pie, poderosa, desafiando el paso del tiempo, decide inmortalizar el momento mediante una fotografía.