Si uno se atiene a la tradición, a la percepción sociológica de consumidor o simple paseante, a la fría estadística y a la imagen que muestra estos días el barco de Acciona engullendo coches en el puerto de Maó con una voracidad desmedida, se llega a la conclusión que el punto máximo de la eclosión turística ya ha pasado este verano.
La operación salida ha comenzado, y aunque a buen seguro seguirán llegando nuevos veraneantes con ganas de rematar el agosto o iniciar el septiembre, la tendencia de la presión demográfica sobre la Isla (la gente que hay de forma efectiva cada día en Menorca) va ya claramente a la baja.
Así lo explican los números recogidos por el Observatori Socioambiental de Menorca (OBSAM). En los últimos catorce años el día con más personas circulando por la Isla ha oscilado entre el 9 y el 13 de agosto. El 11 ha ostentado esta distinción en cinco ocasiones, siendo el que más repite. El récord absoluto se registró el 11 de agosto de 2007, con más de 191.000 cabezas rondando por los distintos rincones de la Isla, 120.000 más que un día de crudo invierno.
La reducción del volumen de turistas se nota en la cola del supermercado, en la gasolinera, en la carretera, en los coches de alquiler, en la sanidad, en las farmacias... Y la observación detenida de los datos del OBSAM permite deducir que en las dos últimas semanas de agosto el ritmo de disminución de la presión demográfica sobre la Isla es de unas 2.000 personas diarias. A partir de septiembre el ritmo de salida de personas de la Isla disminuye en intensidad, pero se mantiene constante hasta finales de diciembre, cuando la población real de la Isla se estabiliza algo por encima de las 70.000 personas.