La necesidad de austeridad presupuestaria, la proximidad de las elecciones autonómicas y las políticas encaminadas a reorientar el modelo productivo, con especial incidencia en la inversión en nuevas tecnologías, marcarán el inicio del curso político en el Consell. Un final de legislatura en el que el gobierno que preside Marc Pons pretende lanzar el proyecto de la red de fibra óptica, ofrecer cobertura de internet en toda la Isla, iniciar la implantación del coche eléctrico y arrancar las obras de dos nuevas instalaciones, el centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera en s'Enclusa, en Ferreries, y el parque de innovación tecnológica de Alaior, que ya cuenta con un solar cedido por el Ayuntamiento y la Asociación del Polígono de La Trotxa. Con dichas actuaciones el Ejecutivo formado por PSOE y PSM-Els Verds pretenderá dar un impulso a la economía insular, potenciando un sector, el tecnológico, con posibilidades de crecimiento y generación de empleo frente a los problemas que atraviesan el industrial y el turístico, este último con síntomas de una ligera recuperación.
Sin embargo, el escenario presupuestario de la entrada en el año electoral -en el que Marc Pons se someterá al examen de las urnas-, será restrictivo, afectado por los límites al endeudamiento público impuestos por el Gobierno central, la obligación de contener el gasto y el último varapalo para las haciendas locales, la devolución de fondos de la financiación estatal de 2008.