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Me llamo María Ángeles Morro Perchés y tengo 74 años. Nací y vivo en Maó. Estoy casada y tengo 2 hijos y 5 nietos. He sido ama de casa y también he tenido una mercería durante 33 años. Ahora mismo me ocupo del cuidado de mi marido, que tiene Parkinson, y no tengo mucho tiempo libre pero, cuando los dos podemos, me gusta salir a pasear y leer.
¿Cómo era el Maó de cuando era joven?
Era una ciudad mucho más tranquila. Mi abuelo era pescador y tenía una barquita enfrente de casa. Recuerdo que íbamos a por escupiñas, y también cogíamos cangrejos en la Isla del Rey y preparábamos calderas. A mí me gustaba mucho más el puerto de antes pero entiendo que hay que progresar.
¿Cómo surgió lo de montar una mercería?
Cuando faltaron mis suegros y tras acordarlo con el resto de la familia, convertimos su casa en nuestra vivienda y en la mercería. La tuve durante 33 años. Me encantaba atender al público. De jovencita yo siempre había cosido y bordado y hacía apaños en todo tipo de ropa. Mi marido también trabajaba en una tienda de tejidos.
¿Decidió cerrar por jubilación o por otros motivos?
Tuve que dejar de atender con 68 años porque tenía un problema en la cadera y ya era hora de retirarme, pero tengo claro que la mercería fue muy buena idea, estoy muy contenta por haberla tenido. En el cierre también influyó el estado de mi marido y su enfermedad degenerativa. La familia es lo primero para mí y ahora cuido de él. Hay días en los que está mejor y podemos ir de paseo o a las carreras de caballos y otros días que debe quedarse en casa.
Usted también se ha estado ocupando durante muchos años de hacer las cocas y el chocolate en la fiesta que organizaba Yurca en el Camí des Castell. ¿Cómo empezó con todo esto?
Yo conocía a Yurca de toda la vida, desde que tenía 14 años. Era vecino y siempre fue una persona muy abierta. Un día me preguntó si quería colaborar comprando el pan en el desayuno de los caixers. Le dije que también haría las cocas y el chocolate y, al final, fue a lo que me dediqué durante años. Era un placer ayudarle, él se ganaba todo y a todos.
¿Qué piensa que le queda por ver o hacer?
Siempre he dicho que me gustaría viajar porque no lo he podido hacer todo lo que quisiera. Me encantaría ver cómo se casan mis nietos y tener biznietos pero sé que ahora es muy complicado para lo jóvenes lo de tener descendencia. Debo decir que tengo unos nietos muy majos y son la alegría de mi casa. Yo sólo quiero la felicidad para mi familia.