El menorquín es un ciudadano escasamente participativo, poco amigo del diálogo, que en la mayoría de los casos se deja llevar por las instituciones y que ha terminado por conformar una sociedad desestructurada, sin valores, sin un proyecto común real. Menorca ha cambiado su tradicional industria bisutera y de calzado por la búsqueda del dinero rápido que proporciona el sector de la construcción y el turismo, dejando a su paso desde hace años una bolsa de pobreza que con la crisis ha emergido con mayor fuerza.
Estas son algunas de las conclusiones de la mesa redonda celebrada ayer en el marco de las XIII Jornadas del Fons Menorquí de Cooperació que abordó en la sede del Consell los valores sobre los que se construye hoy día Menorca.
Entre los ponentes se dieron cita el catedrático de sociología Antoni Petrus; el presidente del Centro Económico y Social Llorenç Huguet; el antropólogo Jaume Mascaró y la abogada y miembro del Consell Consultiu, Lola Romero.
La gerente del Fons Menorquí, Marga Benejam, fue la encargada de introducir el debate recordando a los asistentes que Menorca no es ajena a los pecados capitales de la sociedad contemporánea, a la globalización y por tanto, todo lo que hagan o dejen de hacer cada uno de sus habitantes en un momento de crisis y de cambio, en el campo de la igualdad y la redistribución tendrá su repercusión en la Isla. Por eso Benejam defendió la necesidad de dar respuesta a las preguntas de hacia dónde debe caminar la sociedad menorquina y sobre qué valores debe edificarse.
"Menorca es una 'societat esquinxada'
En opinión de Mascaró, la sociedad menorquina es una "societat esquinxada" que no ha sabido reducir la distancia entre la experiencia tradicional y el conocimiento intelectual generando un conflicto de valores, "no nos escuchamos ni tenemos un proyecto común real. Proclamamos valores que no practicamos. Hemos pasado de una sociedad tradicional a otra que no tiene estructura", dijo.
A juicio de Mascaró bajo la crisis económica subyace desde hace décadas otra de valores, siendo el valor de la fraternidad el que más ha sufrido, por eso defiende la recuperación de la solidaridad desde la complicidad y el conocimiento intelectual y no desde la compasión.
"Los menorquines son ciudadanos no acabados en el campo social y educativo"
El sociólogo Antoni Petrus lamentó la escasa participación de la sociedad menorquina y el individualismo imperante. En su opinión el ciudadano ha delegado en la administración la resolución de los problemas de convivencia, cuando él mismo debería luchar por una sociedad más justa y equitativa.
"Los menorquines somos ciudadanos no acabados en el campo social y educativo. La participación la da la práctica", advirtió. Petrus enumeró algunas de las claves para lograr una sociedad más solidaria como la necesidad de tener un grupo de opinión social de prestigio; un mayor distanciamiento de los políticos; más participación, colaboración y más diálogo.
"En Menorca existe una bolsa de pobreza desde hace muchos años"
La abogada Lola Romero puso de manifiesto las diferencias existentes entre los valores que fundamentan las Leyes y la propia Constitución y los que imperan en la sociedad actual. Fue muy crítica con las políticas hasta hace poco imperantes en las que primaba el triunfo y el dinero rápido en lugar del valor del esfuerzo.
También denunció la profunda desigualdad que subyace en las medidas implantadas por el gobierno para salir de ella al optar por ayudar a los bancos y recortar pensiones o subir el IVA. "En Menorca existe una bolsa de pobreza desde hace tiempo y ahora no hay recursos porque el Estado gastó demasiado en la época de vacas gordas".
"Debemos preguntarnos por el papel que juega el turismo"
Huguet defendió la necesidad de lograr un equilibrio entre sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, es decir, construir una sociedad donde el desarrollo económico, social y medioambiental se logre con la implicación ética de las empresas y de cada uno de sus ciudadanos.
El sello de reserva de la Biosfera debe ser en su opinión una ventaja competitiva y lamentó la pérdida paulatina de productos hasta ahora tradicionales como la industria bisutera y del calzado a cambio del turismo que acarrea cada vez temporadas más cortas. "Debemos preguntarnos por el papel que debe jugar el turismo y potenciar otros productos".
"Hay que luchar contra quienes no quieren soluciones"
El polifacético escritor, periodista e inventor Alberto Vázquez-Figueroa ofreció ayer una interesante ponencia en el marco de las XIII Jornadas del Fons Menoquí de Cooperació bajo el título "Los valores del cambio" en la que advirtió que las soluciones a la crisis y a los principales problemas que aquejan al mundo están al alcance de todos y más cerca de lo que imaginamos.