A las ocho de la tarde de ayer un turbohélice de Air Nostrum, procedente de Palma, aterrizaba en el Aeropuerto de Menorca. Era el principio del fin de una pesadilla tras casi 28 horas sin vuelos debido a la baja masiva de controladores en todo el país. No obstante, la normalidad tardará aún en llegar, según se reconoce desde AENA. El balance del cierre del espacio aéreo ha dejado en la Isla 55 trayectos cancelados (20 el viernes y 35 el sábado) y centenares de afectados. Una vez restablecido el servicio, anoche únicamente se registraron tres movimientos. El citado vuelo de Palma, que a las 21 horas volvía a partir hacia la capital balear, y otro de Air Berlín, a la misma hora y con el mismo destino. Este enlace era uno de los que se quedaron en tierra el viernes. De esta manera, se anularon 35 conexiones previstas para el sábado (17 de llegada y 18 de salida).
Durante toda la tarde, y tras conocerse que los aeropuertos iban recuperando su actividad, la confusión y decepción campó por las instalaciones menorquinas. Las dudas eran qué enlaces estaban operativos y qué ocurría con las personas atrapadas en otros aeródromos de la red nacional y que estaban gestionando su regreso a la Isla. Por su parte, los que anoche tenían la esperanza de volar a Barcelona tuvieron que regresar a sus casas.
A lo largo de la jornada de hoy, AENA espera que se puedan dar salida a todos los enlaces programados. Sin embargo, las compañías se enfrentarán a la complicación de ir recolocando a las personas que se han quedado en tierra durante la crisis. De hecho, se asegura que todas las plazas previstas están ocupadas.
En principio, las aerolíneas ofrecían ayer un cambio de vuelo o el reintegro del importe del billete. Los responsables aeroportuarios no descartan que se produzca una afluencia masiva de pasajeros a las instalaciones.
La reapertura del tráfico aéreo se produjo a las 15 horas coincidiendo con los relevos de turno y después de que el Gobierno central decretara, a las 13 horas, el estado de alarma para normalizar la situación.
En Menorca, la torre de control quedó bajo mando militar a las nueve de la mañana. Poco antes había tomado tierra un helicóptero que transportaba a dos tenientes del Ejército del Aire, procedentes de la base de Son Sant Joan de Palma, que se hicieron cargo de la situación. En ese momento se encontraban en su puesto de trabajo dos controladores civiles. Sin embargo, el aeródromo no registraba actividad a causa del caos generalizado en toda España.
A las 14.30 se incorporaron los dos controladores del segundo turno que fueron los que asumieron el tráfico de los tres vuelos que finalmente operaron en la Isla. Según diversas fuentes consultadas, en Menorca no fue necesario que se produjera un requerimiento por parte de la autoridad militar para que el personal acudiera al trabajo.
El Ejército del Aire no desplazó a la Isla ningún controlador militar, ya que Balears no dispone de ellos. La misión de los oficiales era garantizar que se cumpliera el decreto del Gobierno. La torre de control estuvo además bajo la vigilancia habitual de efectivos de la Guardia Civil y del personal de seguridad de AENA. Por su parte, el director del Aeropuerto, Tomás Melgar, estuvo en todo momento en contacto y coordinación con Defensa.
El director insular de la Administración del Estado, Javier Tejero, explicó ayer que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de personal de Protección Civil, han estado en alerta durante el tiempo que ha durado el cierre del espacio aéreo, aunque destacó que no se ha registrado ningún incidente en las instalaciones aeroportuarias más allá de las protestas y reclamaciones de los afectados.
Balears
Los aeródromos de Balears registraron durante la jornada de ayer un total de 285 cancelaciones de las 332 operaciones previstas. Concretamente, se anularon 203 conexiones en Son Sant Joan (104 de llegada y 99 de salida), donde estaban programados 247 vuelos.
En Eivissa se anularon 47 enlaces (24 de llegada y 23 de salida).