Los empresarios de la Isla de los sectores de restauración y hostelería aceptan de buen grado la nueva ley que entrará en vigor el próximo 2 de enero y que impedirá que se fume en los lugares y transportes públicos, donde se reúnan colectivos o en terrazas con "un máximo de dos paredes". Eso es, en ningún bar, restaurante, discoteca, parque público o centro sanitario, entre otros.
Una ley que se ha gestado con el objetivo principal de prevenir el tabaquismo entre los menores, retrasando la edad de inicio del consumo, así como el de proteger a los fumadores pasivos, sobre todo a los trabajadores de la hostelería.
Los representantes en Menorca de PIME, CAEB y ASHOME coinciden al señalar los aspectos positivos de la nueva norma, el primero de ellos, que con esta ley todos ganaremos en salud. Sin embargo, los empresarios recuerdan que hay varias cuestiones a tener en cuenta, como las inversiones realizadas en 2005 para crear espacios libres de humo y que ahora quedarán en balde, las tareas de vigilancia que recaen sobre ellos y que deberán realizar para recordar a sus clientes que no se puede fumar, y el riesgo de que la medida pueda quitar clientela a los locales.
Desde la Associació Menorquina de Cafeteries, Bars i Restaurants de PIME, su presidente, Daniel González, cree que "hay una gran desinformación sobre la nueva ley, ya que a los restaurantes sólo les llega si están adheridos a una asociación o a la patronal". Para él, la norma antitabaco será de más fácil adopción en los restaurantes que en los bares, donde es habitual fumarse un cigarro mientras se toma un café. Por ese motivo, desde la asociación se pidió que se permitiera habilitar espacios totalmente aislados para que, quien quisiera, pudiera tener un lugar donde tomar una copa y fumar. Sin embargo, tal opción no se consideró.
Otra cuestión a tener en cuenta, según González, es que debe velarse para que no exista competencia "encubierta" de locales que permitan fumar. Entre esa oferta, el empresario cita los "caterings que se realizan en fincas. ¿Se podrá fumar allí? Si es por la salud de los camareros, no debería permitirse", afirma.
Mientras, desde la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), el presidente de su asociación de restauradores, Francisco Carrasco, confía en que la gente tarde poco en adaptarse a esta nueva situación. Él recuerda lo sucedido anteriormente en otros países donde también se ha restringido el tabaco en los espacios públicos. Así, asegura que se ha comprobado que "desde que no se puede fumar, los locales están incluso más llenos que antes".
No obstante, Carrasco, al igual que González, cree que será necesaria la mano izquierda del camarero para recordar "siempre con buenas palabras, que no se puede fumar porque, si no, en cualquier momento puede venir un inspector y poner una denuncia, y habrá sanciones gordas ", advierte.
Igualmente, desde CAEB no olvidan las importantes inversiones a las que hicieron frente los empresarios hace cinco años. "Viendo que estas leyes tenían éxito en otros países, en 2005 ya vimos que la inversión no serviría para nada porque, tarde o temprano, se iban a imponer medidas más restrictivas".
Sea como fuere, todos coinciden en que esta ley no tiene por qué restar clientes a los locales, ya que "quizá no vendrán algunos, pero seguro que vienen otros que hasta ahora no venían porque les molestaba el humo".