Los jóvenes inquilinos más envidiados de Maó han pasado en apenas de un año y medio a maldecir el día en el que depositaron en el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) su ilusión de tener una casa. Algunos de los vecinos de la promoción pública de la calle Borja Moll están hartos y frustrados por las severas deficiencias que arrastran sus viviendas prácticamente desde el día en que recogieron las llaves de los 25 pisos de protección oficial en los que residen.
Goteras, humedades, ventanas que no cierran correctamente y vibran con el viento, griferías mal colocadas, ascensor que no funciona, portero automático roto, puertas oxidadas, suelos que se descascarillan, arquetas que no desaguan, pasillos encharcados, luces exteriores que no se encienden, son algunos de los desperfectos que enumeran indignados.
Y es que, los inquilinos de este edificio del estudio Flexo Arquitectura al que se le concedió irónicamente un premio al "Millor habitage col·lectiu" no aguantan más. Algunos ya se han marchado desilusionados y otros planean hacer lo mismo.
Los beneficiarios de esta promoción pública fueron jóvenes de entre 18 y 35 años, quienes recibieron felices las llaves de sus viviendas el 2 de abril de 2009 de manos del alcalde, Vicenç Tur, y del presidente del Consell, Marc Pons.
El bloque consta de 16 pisos con dos dormitorios y una superficie de 60 metros cuadrados y otros nueve pisos de 45 metros. El alquiler mensual oscila entre los 139 y los 240 euros.
Y aunque los inquilinos reconocen que el precio es muy ventajoso, aseguran que también tienen derecho a quejarse por los desperfectos de sus viviendas y por la demora en su reparación.
"El propio constructor, que se ha desvivido por nosotros, nos ha dicho que conoce las deficiencias, pero los materiales puestos son los que le dijeron que tenía que poner", explica una vecina, al tiempo que denuncia que los materiales y las calidades del bloque no son ni la mitad de las estipuladas en un principio en los planos de obra.
"Dónde se ha ido ese dinero que se han ahorrado en materiales", se pregunta uno de los inquilinos.
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