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Me llamo Joan Portella Coll y tengo 50 años. Nací y vivo en Ciutadella. Estoy casado y tengo una hija. Poseo una empresa de instalaciones comerciales y soy el presidente del Club de Parapente Menorca, una afición que me fascina desde 1986 y con la que he viajado a diversos países. Además de este deporte, en mi tiempo libre me gusta practicar natación y la pesca submarina.
¿Cuándo surge su afición por el parapente?
Fue en 1986. Recuerdo que vi un programa en televisión que hablaba de ello y me interesó mucho. Siempre me había atraído la idea de poder volar y, al cabo de un mes de haber visto aquel reportaje, me fui a una escuela de Irún, en el País Vasco, para realizar un curso de iniciación. Fue algo pionero en España porque en aquella época era un deporte bastante desconocido. Allí tuve que aprender mucha teoría y a controlar el ala en tierra. El última día pudimos volar desde una montaña de 500 metros. Fue una mezcla entre miedo y placer.
Posteriormente, estuvo muchos años realizando cursos de progresión en España, Italia y otros países. ¿Cuál de aquellos viajes resultó más gratificante?
Hice un tour de parapentistas desde Chile hasta Perú que fue muy intenso. Hicimos unos 3.000 kilómetros y volamos en Los Andes, fue increíble. Regresé a Menorca con las pilas tan cargadas que decidí montar algo aquí en la Isla. Puse un anuncio en el diario con el fin de contactar con personas interesadas en el parapente. Me llamaron tres y montamos el club.
Un club que funciona desde 2005, ¿qué objetivos se marcaron y cuáles tienen en mente?
Pretendemos contar con respaldo institucional en lo que se refiere a sacar tarjetas federativas, seguros de vuelo, realizar competiciones... Que se sepa que no solo somos cuatro practicantes. Constituimos nuevas zonas de vuelo, captamos interesados, informamos sobre este deporte y queremos llevar a cabo cursos.
¿A qué tipo de persona está destinado el parapente?
A cualquiera. Hay muchas maneras de practicarlo, puede ser en plan suave y de paseo para contemplar el paisaje, o se puede ir más allá y realizar acrobacias. El nivel lo pones tú. Al principio da impresión pero a mí me gusta progresar y es una satisfacción cada vez que consigo nuevos retos. Cuando vuelo me descargo de tensiones. El parapente me libera de los problemas terrenales.
¿Algún plan para este año?
Me gustaría hacer un curso de incidencias en vuelo, para aprender a reaccionar en caso de que surjan problemas.