La delegación en Menorca del Colegio Oficial de Arquitectos en Balears acogió ayer tarde una conferencia a cargo de los responsables del proyecto del centro penitenciario de Maó, Soledad del Pino y Ángel Fernández Alba.
Del Pino y Fernández profundizaron en las características que posee el espacio y el porqué se ha diseñado de tal forma comparándolo con otras estructuras públicas edificadas en estos últimos años.
"Este centro es especial y no tiene nada que ver con el resto de prisiones españolas. Tanto el Ministerio como Instituciones Penitenciarias han querido llevar a cabo algo singular en Menorca dadas las características de la Isla y la escala menor que posee", explica el arquitecto, quien añade que en la Isla ha habido ciertas restricciones urbanísticas. "Por eso, su diseño se ha desarrollado intentando incorporar vegetación y otros elementos que quizá no puedan parecer relevantes pero sí lo son de cara al bienestar de los internos", apunta Del Pino.
Los responsables del centro aseguran que la cárcel es un edificio austero pero digno. "De lo que se trata es de recuperar la dignidad en los centros. Hemos utilizados árboles y diferentes gráficos en los muros, con presencia de blanco en las celdas y negro en toda la cerrajería, con el fin de que los espacios parezcan lo más abiertos posible". El hecho de que sea un centro de estas características, que necesita sistemas complejos de seguridad, hace que el proyecto se limite en cuanto a su planificación. "Se debe mantener una separación entre los funcionarios y los internos, hay que incluir numerosas escaleras y ascensores, entre otros elementos de comunicación, al igual que no se puede jugar demasiado con el diseño de las ventanas".
Se espera que las obras de la prisión finalicen en tres o cuatro meses. "Será uno de los edificios penitenciarios de mayor calidad" concluyen.