De la impotencia a la desesperación pasando por la angustia y la irritación. Así asegura sentirse el cliente de la sucursal del BSCH en Sant Lluís, Antonio López Bonnín, quien reclama la devolución de unos 40.000 euros que tenía ingresados en dicho banco.
El denunciante, quien ayer reiteró su protesta plantándose ante la entidad bancaria de la calle Ses Moreres en Maó, asevera que el banco sigue sin pronunciarse al respecto. "Nadie ha reaccionado, sigo sin respuestas y la situación empieza a ser límite", indica. Además añade que la Justicia tampoco avanza. Fue en agosto de 2009 cuando presentó ante los Juzgados de Maó una denuncia por apropiación indebida, estafa por comportamiento engañoso e inversiones no autorizadas, entre otros delitos, y "no comprendo cómo ante un problema tan grave aún no me han citado a declarar". Intuye que "hay algo o alguien que retrasa el proceso". López Bonnín resalta incrédulo que "nos han informado que falta que se personen los directores que según la denuncia han falsificado mi firma".
El caso se remonta a 2007 cuando regresó a la Isla tras un tiempo trabajando fuera. Al interesarse por su dinero el banco le comunicó que había sido invertido en diferentes productos y valores. Según López, una parte de la cantidad estaba a plazo fijo y el resto en una libreta de ahorros. El denunciante se dio cuenta de que habían falsificado su firma, aspecto que corroboró un perito calígrafo.
Antonio López está en paro, sin cobrar prestación puesto que es menor de 45 años de edad y no tiene cargas familiares. "Vivo gracias a mis hermanos", a pesar de ello, de los siete, uno es minusválido y otro tan solo recibe una prestación de 400 euros con la que justo puede sobrevivir. "Estoy desesperado, mi hermana ha tenido que dejarme dinero para poder pagar el alquiler de la casa donde resido", reitera. López Bonnín asegura haber tocado fondo. La desesperación es tal que se ha visto obligado a acudir, alguna noche, a recoger alimentos de algún supermercado.
Apareció ayer casi sin fuerzas, apoyado en una pancarta de cartón que rezaba "El Banco Santander me ha quitado todo mi dinero falsificando mis firmas. Justicia" y otro sujetado por su hermana Consuelo y que literalmente decía "Pedimos justicia para mi hermano".
La protesta tan solo duró una hora y media. A pesar de ello, el denunciante asegura haberse sentido arropado por la ciudadanía atestiguando que "más de uno se ha parado preocupándose por mi caso y otros incluso se han sincerado explicándome problemas similares, el Santander nos está engañando". Además de todas estas desgracias, López Bonnín declara sentirse vetado. "He intentado contactar con medios nacionales y todos han hecho caso omiso al problema, me ha llegado a los oídos que el banco tiene demasiado poder para que alguien se atreva a hacerle la zancadilla".