Fiel a su tradición, Camestortes permanecía algo inquieto en el interior de su ataúd cuando los primeros vecinos de Maó llegaron de visita.
Como escenario, el Ayuntamiento, en el que la viuda y su comitiva esperaban "acongojados" a que se iniciara el recorrido que les llevaría por diferentes bares hasta la plaza Real, donde el notario daría lectura al testamento.
Hay que decir que el viento frío que soplaba ayer noche, así como la emisión del partido del Barça, provocó que no hubiera demasiada participación en el acto.
Aún así, los asistentes soltaron carcajadas durante el reparto de la riqueza de Camestortes, donde se habló sobre la crisis, el precio de la electricidad, o personajes como Ruiz Mateos y Mercedes Milá.