Autoficha
Me llamo Peter Borbas, nací en Penzberg, Alemania; pero vivo en Menorca desde 1979. Estoy soltero y trabajo de recepcionista en un hotel de Cala Galdana. Cuando tengo tiempo libre, me gusta pasear y cocinar. Me encanta la naturaleza.
Borbas no es un apellido alemán. ¿Cuáles son sus orígenes?
Mi padre es húngaro y mi madre de Alemania, lugar en el que me crié. Me encantan ambos países. Yo soy del sur de Alemania, de donde podría destacar la naturaleza, que es increíble y pura al cien por cien. De Hungría lo que me gusta es la personalidad de la gente, que es muy abierta y sincera.
Y, ¿qué le trae hasta Menorca?
Vine en 1979. Conocí a un hombre alemán que me recomendó Menorca para trabajar y coger experiencia. Llegué con la intención de quedarme unos tres o cuatro años pero, al final, me he quedado porque me encanta. Este lugar es especial aunque a veces te puedes sentir como en una jaula de oro pero, por ahora, hay más ventajas que inconvenientes.
¿Cuál ha sido su trayectoria profesional?
He trabajado en hostelería. Tuve un bar en la plaza Bastión de Maó durante trece años. Después fui jefe de sala en un hotel de Son Parc durante otros ocho. Posteriormente, tuve una lesión en la rodilla y entré de recepcionista en un hotel de Cala Galdana, donde llevo doce años. Me encanta mi trabajo, sobre todo el contacto con la gente. Soy muy abierto en ese sentido y me gusta ver a la gente que vuelve al hotel año tras año. El único inconveniente que veo es que no podemos trabajar más de seis meses aunque queramos.
¿Va tan mal la temporada como dicen?
No es mi percepción. Creo que lo que tenemos que ofrecer es calidad. Hay que cobrar un servicio bien dado. Estoy en contra del turismo barato y del todo incluido. Deberíamos buscar al buen cliente.
¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
A mí lo que más me preocupa es que no haya un cambio en lo que a trabajadores fijos discontinuos se refiere. No podemos tener trabajo todo el año y estamos muy desfavorecidos con la declaración de la renta. Por otro lado, también pienso que debería haber más facilidades para salir de viaje y que la oferta cultural de Menorca, que en verano es estupenda, fuese más amplia en invierno.