A las diez de la mañana de ayer, una pareja que había acudido a la playa de Cala Turqueta y ya la abandonaba, se encontró con una gran cantidad de coches aparcados en el camino de acceso a la cala, sobrepasando la capacidad del aparcamiento público.
La pareja se extrañó, pero sobre todo tuvo que realizar incontables maniobras con su vehículo para poder salir de la playa y llegar a la carretera.
Allí se dieron cuenta de que los paneles informativos sobre el estado de los aparcamientos habían dejado de funcionar hasta la próxima temporada turística (tal como les informó un operario del servicio), y también comprobaron que los informadores que hasta entonces se apostaban en los caminos que dan acceso a las playas ya no estaban trabajando, porque su contrato se les había acabado.
El resultado fue, aseguran, un notable caos circulatorio y un gran atasco en los accesos a las playas.