Como marca la tradición, el cuerpo de la Guardia Civil de Ciutadella también rindió ayer homenaje a su patrona, la Virgen del Pilar, en la festividad del Día de la Hispanidad. Se trata de una institución con 167 años de historia a sus espaldas, aunque el patronazgo de la Virgen a la Benemérita se instauró apenas hace un siglo, el 8 de febrero de 1913.
Como también es costumbre, la jornada de celebración arrancó a las 11 horas con una misa en la parroquia de Sant Francesc oficiada por el vicario general de la Diócesis, Gerardo Villalonga, dado que el obispo se encontraba en la localidad de Sant Lluís también con motivo de la festividad del Pilar.
Durante la Eucaristía, que contó con una nutrida representación de las diferentes instituciones políticas menorquinas, Villalonga quiso agradecer en una fecha tan señalada el encomiable servicio prestado por La Guardia Civil a la sociedad en pos de defender "la libertad y los derechos humanos".
De igual forma, invitó a los guardias que prestan sus servicios en el municipio de Ciutadella a ser fieles "al espíritu" que ha caracterizado al cuerpo desde sus inicios y que éste "permanezca" en una sociedad tan cambiante como la actual. "Lo accesorio cambia, pero el espíritu permanece inalterable", aseveró Villalonga durante la homilía, durante la que también pidió una oración para los agentes fallecidos en actos de servicio o víctimas del terrorismo.
La celebración concluyó en Sant Francesc con el canto del himno de la Virgen del Pilar, pero continuó poco después en la sede de la Guardia Civil en Dalt Sa Quintana, donde se convidó a autoridades y familiares de la Guardia Civil a un aperitivo. No obstante, antes se rindió un sentido homenaje a los compañeros ya retirados del servicio, que recibieron un diploma conmemorativo.
"Honor y Sacrificio"
Para cerrar la parte más protocolaria de la jornada, el jefe de la Casa Cuartel de Ciutadella, Fernando García Casais, pronunció un discursó durante el cual recordó los valores que han regido el cuerpo desde sus inicios, como "el honor y el espíritu de sacrificio por los demás" y cómo éstos se han ido adaptando a los nuevos tiempos manteniendo la esencia de la Guardia Civil.
García Casais concluyó recordando que el cuerpo al que sirven, "al igual que el mar", siempre permanece independientemente de si "la marea es alta o baja". Como colofón al acto, los guardias que prestan servicio en Ciutadella entonaron el himno de la Benemérita.