Las 363 personas que esperaban antes de las 10 de la mañana a las puertas de la Sala Multifuncional del Canal Salat de Ciutadella ya hacían presagiar que la primera Fira de Stocks apuntaba alto.
Una hora después, tras contabilizar más de 1.000 personas que entraron al recinto, el funcionario municipal encargado de controlar el acceso decidió que era imposible intentar registrar estadística alguna.
En la ceremonia de apertura estuvo presente, apoyando la causa, el presidente del Consell, Santiago Tadeo, acompañado del alcalde José María de Sintas, y la concejala de Ferias y Mercados, Esperança Juaneda, quien a mediodía reconocía ya que la muestra había sobrepasado las expectativas más optimistas.
Por su parte, Tadeo señaló que "este tipo de iniciativas son muy positivas para activar el consumo y buscar soluciones a la crisis. El comercio de Menorca necesita un impulso para incentivar las ventas".
Clientela satisfecha
Si los políticos estaban satisfechos, los compradores se mostraban encantados. Esperança, vecina de Ciutadella, comentaba que "ya era hora que hicieran algo así. Esto da mucha alegría al pueblo". Y además, "si se busca bien, puedes encontrar algunos chollos", añadía su compañera de compras, llegada desde Ferreries, contenta por haber adquirido por cinco euros una prenda que en el precio original marcaba 29,50.
Resultaba difícil encontrar alguien que pusiera una pega al evento. Alguno echaba en falta una cafetería, mientras que otros consideraban que un espacio de semejantes dimensiones pero con tanta gente resultaba un tanto incómodo. Y es que al parecer, entre las 10 de la mañana y las 13 horas no paró de pasar gente por el recinto. A las 16.30 la cosa ya empezaba a animarse de nuevo, una hora que a muchos comerciantes, contabilizada la caja, ya les servía para decir que la apuesta había merecido la pena. Otros, los menos, prefieren esperar a esta noche para hacer balance.
Temporada floja
En general, no obstante, el sentir de los comerciantes era positivo: ríos de gente y bastantes bolsas. Para muchos, un pequeño respiro a una temporada que casi todos califican como nefasta. El pasado viernes PIME hacía pública la encuesta de la temporada turística correspondiente al mes de septiembre. En el capítulo de comercios, un 70 por ciento de los asociados afirmaban que habían visto reducida su facturación respecto al mismo periodo del año anterior; solamente un siete por ciento hicieron más caja. La opinión generalizada entre los participantes en la feria era clara: el año malo y la temporada muy floja.
Entre las tiendas participantes se encuentra el comercio de ropa Caymaris, con 120 años de historia a sus espaldas. Su actual responsable, Feli Calero, señala que sus familiares afirman que este posiblemente sea el peor año de toda la trayectoria de la firma. La comerciante apunta que el problema es que "ahora la gente ya ni entra en las tiendas" y añade que, para colmo de males, además las condiciones meteorológicas de este octubre, más cálido de lo habitual, están perjudicando la venta de la nueva temporada.
Su colega de la tienda Wish, Cristina Villalonga, confirma que es difícil vender cuando la gente pierde la costumbre de entrar en las tiendas. "Antes la mayoría de las ventas se realizaban entre el 1 y 15 de cada mes... Ahora entre el 10 (día de cobro en el paro) y el 15", apunta la empresaria, quien señala que cada ve se ven forzados a "comprar género más barato y meter muchas horas" para intentar sobrevivir. La feria es una ayuda, según reconoce, aunque también confiesa que no sacan prácticamente rentabilidad alguna a las prendas, pero al menos sirve para "recuperar algo del dinero invertido y hacer hueco en los almacenes" para nuevas colecciones.
Pero las ventas no son lo más importante para todos los participantes en la muestra. Algunas firmas, como Bernat Petrus, acuden para darse a conocer y mostrar a los clientes lo que ofrecen. "La verdad es que puede sea tan efectivo como una campaña de publicidad", reconoce su gerente Rafael Petrus. De forma muy parecida opina Xisca Marroquín, de Eixerida Moda, quien considera la feria como el lugar idóneo para captar clientas nuevas "y de otros municipios". Marroquín hace un balance positivo de su primera participación en una feria de saldos, y es que en los tiempos que corren haber recuperado en una mañana el dinero de la inscripción pueden interpretarse como algo positivo.