El fenómeno no es nuevo. Lo habían avisado las navieras en pleno proceso de construcción del dique exterior de Son Blanc, y se habían estudiado medidas para limitar su efecto, pero estos dos últimos días la 'tiranya' ha reaparecido y con fuerza, dificultando las operaciones de los buques en el interior del nuevo puerto comercial de Ciutadella.
El buque "Nura Nova", de Iscomar, ha roto estos días varios cabos de atraque por la fuerza de la 'tiranya'. Con el barco amarrado al muelle, el oleaje interior lo mueve y los cabos soportan tensiones que, en algunos casos, los acaban rompiendo.
Además, la rampa por la que embarcan y desembarcan los vehículos también ha sufrido las subidas y bajadas provocadas por la agitación del agua. Esto obliga, por un lado, a ralentizar estas operaciones, y por otro lado obliga a incrementar los gastos de mantenimiento del barco, puesto que la rampa no está acostumbrada a soportar estas agitaciones y se desgasta con mayor rapidez en este contexto.
Las consecuencias de la 'tiranya' se hicieron notar el pasado jueves también en el pasaje, puesto que el "Nura Nova" tuvo que retrasar tres horas su salida de la tarde desde Ciutadella hasta Alcúdia. El responsable de la naviera en Menorca, José Ignacio Seguí Chinchilla, advierte que los retrasos pueden repetirse en casos de agitación. Lo que de momento está descartado es suspender trayectos cuando se produzca 'tiranya' en Son Blanc. Seguí apostilla, no obstante, que esta medida no se aplicará "de momento".
La 'tiranya', o lo que es lo mismo, la agitación de las aguas interiores del puerto como resultado del rebote de la fuerza del mar, se ha producido estos días debido a la dirección del viento, de componente sur. En este caso, según explica José Ignacio Seguí, el oleaje rebotaba en los acantilados cercanos a Sa Farola, y agitaba el mar en el interior de Son Blanc.
En el proyecto original de construcción del dique se había previsto ubicar una escollera al lado del muelle litoral, para amortiguar la fuerza de la agitación. Esta escollera absorbería la fuerza de la 'tiranya', y limitaría sus efectos en el interior de Son Blanc.
No obstante, Ports de les Illes Balears modificó el proyecto constructivo de la mano del ex conseller de Unió Mallorquina Miquel Àngel Grimalt y el también ex UM Manuel Patiño, entonces gerente de Ports de les Illes. Este cambio en el proyecto inicial supuso la eliminación de la escollera, a pesar de que el coste de la obra se encareció entonces más de un 19 por ciento. Desde algunos sectores se defendió que la eliminación de la escollera suponía evitar el impacto paisajístico que hubiera supuesto ver un acantilado repleto de grandes bloques de hormigón a sus pies.
Tras varios avisos de las navieras, Ports de les Illes Balears decidió hacer algo para reducir la 'tiranya', y entonces se apostó por la instalación de dos nuevos cajones en el dique, que prolongaron 80 metros su longitud. Tal como adelantó en su día este periódico, Ports daba por sentado que esta iniciativa mitigaría la 'tiranya' y mejoraría la operatividad de Son Blanc. Este proyecto se ejecutó a la vez que se acababan las obras de construcción del resto de la instalación, y en mayo, Son Blanc ya entró en funcionamiento con estos dos cajones añadidos.
Ahora, según José Ignacio Seguí, se ha demostrado que ese proyecto no era el más adecuado. "Un puerto debe estar operativo el cien por cien de los días, y éste no lo estará", sentencia. Según él, será inevitable que se recupere el proyecto de instalación de la escollera, una opinión que, afirma, ya conocen en Ports de les Illes Balears. "Era algo que sabíamos que pasaría. En verano se ha notado muy poco este fenómeno porque la meteorología es diferente, pero ahora, que el tiempo marítimo ha empeorado, la 'tiranya' se manifiesta de manera más evidente".
Tanto el "Nura Nova" como el "Ramon Llull" han notado estos días los efectos de la agitación. Son los barcos que más la perciben, por sus dimensiones, Los buques de mayor eslora y mayor calado tienen más estabilidad ante este tipo de fenómenos marítimos.