La estructura del túnel de 252 metros de longitud de la variante de Ferreries ya está totalmente acabada. Tan sólo resta el asfaltado interior, la instalación eléctrica con la colocación de 150 focos para iluminar la calzada, finalizar los drenajes y distribuir las señales de tráfico. La obra de ingeniería más compleja del desvío a penas ha dado complicaciones.
Atrás quedan los trabajos de excavación en mina (170 metros) y los maratonianos turnos para hormigonar el revestimiento interior. El equipo de obreros que trabaja en esta zona de la variante se concentra ahora en la restitución paisajística del falso túnel, es decir, en los 46 metros de estructura añadida en cada boca. Tras su impermeabilización, actualmente se procede a su recubrimiento o relleno. Sobre cada una de las bocas está previsto depositar unos 10.000 metros cúbicos de tierra para restituir el tajo dado en su día a la montaña, que llega a alcanzar en cada extremo los 20 metros de altura. El acopio se hace con tierras extraídas en la propia obra. En ambas bocas se adecuarán bancales y terrazas de cubierta vegetal para reducir el impacto ambiental del túnel.
Apenas a unos metros de la boca, en sentido Maó, ya se han colocado los pilares y las vigas de acero que sostendrán el viaducto de 40 metros de luz que salva un camino rural, un torrente y el acceso a una finca. Los obreros instalan estos días el andamiaje de la cimbra que utilizarán para poder colocar el encofrado del tablero sobre el que discurrirá la carretera. "Cada vez que hormigonamos hay que esperar unas tres semanas para obtener la resistencia buscada y quitar los encofrados. A esta estructura aún le quedan varios meses para estar finalizada", explica el director de obra, Rodrigo del Pozo.
150 obreros contratados
La actividad en este punto es frenética. Es donde mayor número de obreros se concentran, entre encofradores y ferrallistas. Actualmente, y a lo largo de los cuatro kilómetros del trazado, trabajan en los distintos tajos alrededor de un centenar de personas, aunque este verano se han llegado a puntas máximas de 150 obreros (de la Isla y foráneos). En ocasiones ha sido necesario trabajar en horario nocturno para no interferir en el tráfico especialmente en el nudo de Cala Galdana. Sólo para las tareas de colocación de los ocho kilómetros de 'paret seca' que ya se levantan a lo largo del trazado se han llegado a contratar a unas 30 personas.
Los trabajos que están más avanzados son los que se realizan en el viaducto de Sant Patrici. La esbelta y elegante estructura del puente de 120 metros de longitud ya está finalizada. Esto ha permitido verter la primera capa de asfalto (faltan dos más) en tres de los cuatro kilómetros de la traza de la variante. Los tramos inconexos y el movimiento de tierras han dejado paso a los viales. No obstante, aún resta por finalizar la rotonda que se dibuja bajo el viaducto, restituir un torrente, los pasos interiores y la canalización de los drenajes, según apunta Del Pozo. Este punto de las obras concita cada fin de semana la expectación de los vecinos de Ferreries. Muchos han incluido en su habitual paseo familiar una visita a la rotonda.
Por su parte, la estructura de la pérgola del semi-enlace de Maó está ya en el arranque. Estos trabajos se pueden ver fácilmente desde la carretera a la altura del kilómetro 26. Este punto posibilitará el paso inferior de los vehículos que proceden de Maó y quieran desviarse a Ferreries. Otro de los tajos que muchos conductores han sufrido en verano y han visto evolucionar es el nudo de Cala Galdana, junto al desmonte y rebaje del trazado de subida a Ferreries desde Es Pla Verd. "Este es el punto donde más va a notar el alivio del tráfico", resalta el director de obra. Aún resta por completar los viales no motorizados de la glorieta, terminar el asfaltado de todos los entronques (confluyen seis viales), ultimar los drenajes y la restitución paisajística.
Los plazos se están cumpliendo y a pesar de los contratiempos causados por las lluvias, los trabajos finalizarán previsiblemente antes de la primavera del próximo año. La variante tiene una longitud de 4.806 metros, de los cuales 252 discurren a través del túnel. El presupuesto de las obras es de 24,7 millones de euros y están siendo ejecutadas por la UTE formada por Ferrovial-Agromán y Concesiones y Contratas Illes Balears, S. L.,