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Los técnicos defienden Son Blanc tras el cierre del viernes

Fuentes consultadas aseguran que el protocolo de seguridad permite cerrar el puerto con vientos de 25 nudos, y ese día el "llebeig" alcanzó los 42 nudos

"Nura Nova". Hizo frente a unas horas muy complicadas - Paco Sturla

| Ciutadella |

El cierre del puerto de Ciutadella el pasado viernes ha despertado la queja de algunos sectores, que no entienden como un puerto recién estrenado debe dejar de estar operativo poco más de medio año después de su inauguración. Fuentes técnicas consultadas por este periódico restan importancia a este cierre, y consideran que la polvareda que ha levantado esta situación no está justificada.

Así, personas que conocen de primera mano el funcionamiento del puerto han explicado a este periódico que el proyecto de seguridad del puerto establece que, a partir de vientos superiores a los 25 nudos (46 kilómetros por hora), el puerto puede cerrar. El pasado viernes se registraron rachas que rondaron los 42 nudos (80 kilómetros por hora). En este sentido, estas fuentes técnicas consideran que lo sucedido el viernes no puede tomarse como ejemplo para sacar a relucir las hipotéticas carencias del nuevo puerto comercial de Ciutadella.

Este periódico se ha puesto en contacto también con el entorno político que decidió la ubicación del dique exterior en Son Blanc. Estas fuentes también consideran exagerado el revuelo causado por el primer cierre del puerto de Ciutadella, recordando que Maó también cerró y eso no provocó ninguna queja. Además, estas fuentes políticas entienden que el nuevo puerto no está culminado en su totalidad, y que algunos elementos que deberían añadirse podrían contribuir a mejorar la operatividad de Son Blanc.

En este sentido, fuentes técnicas coinciden en señalar que, ciertamente, pueden realizarse actuaciones complementarias que mejoren el puerto. Una de ellas, admiten, podría ser la instalación de la escollera que inicialmente estaba prevista para amortiguar la fuerza de las olas, pero que finalmente se eliminó y se cambió por la prolongación del dique exterior en 80 metros mediante la instalación de dos cajones más. Si bien esta medida ha ayudado a mitigar la fuerza del oleaje, los técnicos consideran que la escollera podría reforzar aún más este objetivo. De todos modos, los entendidos aclaran que el oleaje siempre acabará entrando en el puerto por efecto del rebote en las zonas cercanas, con lo cual, apuntan, "si se quiere un puerto totalmente cerrado y seguro, pues deberá conseguirse eso, cerrar completamente la instalación".

Cualquier actuación que pudiera mejorar la operatividad de Son Blanc necesitaría de inversión por parte de la administración pública, algo que a día de hoy se antoja muy difícil. Cabe recordar, en este sentido, que una de las actuaciones comprometidas en Son Blanc, la instalación de duques de alba para permitir la llegada de buques de mayor eslora y cruceros, está en el aire por las dificultades económicas del Govern balear. Los técnicos, por último, reclaman que en el debate sobre Son Blanc no se mezclen criterios e intencionalidades políticos con supuestos veredictos técnicos que muchas veces, dicen, nada tienen que ver.

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