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El ansiado reparto de ilusión

Los Reyes Magos llegaron a las poblaciones menorquinas cargados de regalos

Ciutadella. Una multitud de padres y niños dio la bienvenida a Sus Majestades - Paco Sturla

| Maó/Ciutadella |

Lo mejor de la llegada de los Reyes Magos es la cara de ilusión que ponen los niños mientras ven pasar la Cabalgata. Lo de los caramelos se convierte en un juego que al final gusta a la mayoría de los asistentes, sea cual sea su edad; e igual pasa con el hecho de intentar adivinar quiénes son los personajes, o responder a las preguntas que realizan los más pequeños.

La de ayer fue una noche mágica y con éxito y es que, a pesar del fresco y el viento que soplaba, cada población menorquina recibió a los Reyes tal como toca: con llamativas carrozas, disfraces, saludos, caballos, música y demás elementos que nos llevan a recordar lo bonito de la inocencia, a rememorar los momentos en los que éramos nosotros quienes íbamos de la mano de nuestros padres. Se repiten las mismas imágenes: la de aquellos pequeños que, sin todavía comprender, lloran de miedo ante tanta luz y color; la de los niños que suplican a los Reyes que no les traigan carbón, o la de los padres que se hacen la foto con Baltasar.

Llegada a Maó
Los Reyes Magos llegaron al puerto de Maó en un yate lleno de luces bajo la atenta mirada de los muchos ciudadanos que ya les esperaban. Tras ser recibidos por la alcaldesa, Águeda Reynés; y la concejala de Cultura, Elisa Mus, la Cabalgata se puso en marcha con sus once carrozas para recorrer las concurridas calles centrales de la ciudad.
Al frente, la Banda de Música, seguida de los gigantes, los pajes y las estrellas de Navidad. Portales de Belén, carteros reales, caballos, los picapiedra, los pitufos, tableros de ajedrez, el barco del Capitán Garfio o el camión del carbón. Lo cierto es que numerosos ciudadanos comentaban lo vistosa que resultaba la Cabalgata de este año. Además, hay que sumar los tres trenecitos turísticos con los coros y los regalos, o los alumnos de la Escuela de Danza Alba, que también animaron con sus bailes.

Una vez finalizado el recorrido, los Reyes Magos fueron recibidos por la alcaldesa de Maó y la concejala de Cultura, quienes les mostraron el Belén y, posteriormente, les otorgaron las llaves de la ciudad para que pudieran repartir los regalos.

Los Reyes recomendaron a los niños que se portasen bien, que fuesen buenas personas, obedientes, amigos leales y que ayudaran en casa, además de respetar al resto de animales.

Finalmente, los más pequeños pudieron subir al Ayuntamiento para saludar y hacerse una foto con Melchor, Gaspar y Baltasar.

Ciutadella
Después de un largo viaje desde Oriente y llenos de alegría y fantasía, los Reyes Magos llegaron ayer a Ciutadella cargados de regalos y felices deseos para todos. Más de 130 niños y niñas integraban la extensa comitiva, presidida por las espectaculares carrozas de Sus Majestades. La nueva carroza que estrenó el Rey Baltasar entusiasmó al público: se presentó sobre una alfombra mágica voladora, inspirada en los cuentos de "Las Mil y Una Noches", acompañado de sus pajes de ensueño.

Las familias siguieron con entusiasmo el paso de la comitiva real y las comparsas que les acompañaban. Encandiló el grupo del Casal Jove con su espectáculo de burbujas gigantes, la percusión del Grupo Esclat y su fantasiosa puesta en escena, la música la Banda Municipal de Música, más animada que nunca con motivo del feliz acontecimiento, o la espectacular comparsa de caballos organizada por el club hípico de Binisebani. Los más pequeños querían estrechar la mano de los cabezudos y los personajes más populares de los dibujos animados, como Bob Esponja. También dinamizaron la comitiva los juegos malabares y los zancudos. Los Reyes Magos repartieron casi una tonelada de caramelos a su paso por Sa Contramurada y la Plaça des Pins hasta el final del recorrido. Y la gente no se cansó de pedir más y más caramelos en un ambiente de bullicio. Fue muy especial, la cálida bienvenida de la Corporación Municipal, encabezada por el alcalde, en las Casas Consistoriales. Los discursos estuvieron llenos de buenos deseos. En la Plaça des Born, los Reyes Magos abandonaron sus engalanadas carrozas para subirse en un carruaje para así poder desplazarse por el casco antiguo de la ciudad. En la Catedral, Sus Majestades fueron recibidos por el rector, Gerardo Villalonga, y visitaron el Nacimiento, mientras se celebraba la plegaria. De nuevo, como hicieron hace dos mil años en una cueva de Belén, adoraron al Niño Jesús y le entregaron oro, incienso y mirra.

La comitiva real continuó después el recorrido para visitar la iglesia de Las Carmelitas y seguir en dirección a Santa Clara. En el monasterio, los Reyes Magos realizaron su visita final antes de regresar a Oriente, tras dejar una estela de ilusión y buenos propósitos para las miles de familias que disfrutaron con la presencia de Sus Majestades y la diversión y alegría de su extensa comitiva.

En el resto de la Isla, las vistosas cabalgatas encandilaron a los vecinos de los distintos pueblos. Unos llegaron por mar, otros prodigaron visitas a ancianos, parroquias y ayuntamientos, mientras que otros alcanzaron su destino por mar. En Sant Climent se abrió boca con un tierno Belén Viviente al que poco o nada importó el frío. En Ferreries, como informa Joan Janer, los "dimonis Miotragus" anunciaron la llegada del trío mágico que llegó con cinco carruajes repletos de regalos. En Alaior no faltaron las majoretes, los músicos y una auténtica multitud. En Es Mercadal no cabía un alfiler en las inmediaciones del desfile. Como en Es Migjorn, Fornells o Es Castell. Regalos para todos. Como debe ser.

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