En la ribera norte del puerto de Ciutadella, la antigua estación marítima (antigua porque ya no es utiliza, porque su inauguración es relativamente reciente) permanece cerrada desde que en mayo los pasajeros dejaron de utilizar la rada interior.
Cuando el edificio se desalojó, algunos pensaron que podía ser una buena opción para ubicar nuevas instalaciones para Ciutadella. Surgieron algunas ideas, como un segundo centro de salud, la escuela de música, la sede del Club Nàutic Ciutadella o una especie de hotel de entidades. Para ello, era necesario que Ports de les Illes Balears cediera el edificio al Ayuntamiento de Ciutadella, algo que, al parecer, la entidad pública está dispuesto a hacer. El problema es que el Consistorio no está dispuesto a aceptar el edificio a cualquier precio.
El alcalde de Ciutadella, José María de Sintas, admite que "ahora mismo no tenemos ninguna propuesta concreta para definir el uso de este edificio, pero es que tampoco sabemos cómo asumir el mantenimiento de esta nueva instalación".
En la misma línea de lo que ha expresado con otros edificos públicos, como Can Saura, el primer edil no se muestra partidario de abrir nuevas dependencias que supongan una carga económica para las arcas municipales.
En el caso de la estación marítima, De Sintas afirma que "o conseguimos que el Govern balear asuma el coste de mantener el edificio, algo poco probable, o tenemos que encontrar actividades que puedan asumir el coste del edificio".
De hecho, el alcalde concluye que "si este edificio debe suponernos más gastos, ahora mismo no estamos por la labor de asumir su titularidad".
A pesar de estas declaraciones, el alcalde se muestra abierto a recibir sugerencias de uso para un edificio con grandes posibilidades de espacio, pero son precisamente estas grandes dimensiones las que dificultan la instalación de actividades que quizás tendrían suficiente con una sede de menores dimensiones.