Suena música clásica en el despacho de alcaldía. A poco volumen, pero la melodía suave inunda los quizás veinte metros cuadrados de la estancia que los ciudadanos de Ciutadella quisieron que ocupara desde hace un año José María de Sintas Zaforteza. Con los cuarenta años a pocos meses de aparecer en su carnet de identidad, el alcalde de Ciutadella se ha erigido en, seguramente, el primer edil más mediático de la Isla, aunque asegura que lo de los medios no es lo suyo. Y digo mediático porque sus declaraciones, sus enfrentamientos con gobernantes de su propio partido y su contundencia en algunas ocasiones le han valido muchos titulares de prensa. Con traje negro y corbata a rayas, el alcalde del PP pero con menos problemas en Menorca para criticar al PP repasa su trayectoria desde que las urnas le situaron en el sillón más importante del Salón Gótico.
Últimamente abundan más las malas noticias que las buenas. ¿El acuerdo para insularizar la desaladora puede ser la excepción y catalogarse como buena noticia?
No es una buena noticia, porque el día que la planta se ponga en marcha, deberá repercutirse su precio en todos los municipios, sea el nuestro u otro. Ahora bien, sin duda es una mejor noticia que hace unos meses. Antes, la idea era poner en marcha la desaladora y enchufarla directamente a los pozos municipales con un precio de coste final para el ciudadano que no sabíamos. Ahora, el proyecto es más coherente. Es lo mismo que el desvío de Ferreries o en su día el de Alaior: ¿Lo pagaron los de Ferreries y Alaior o lo pagamos todos?.
¿El de la desaladora ha sido uno de los temas que más quebraderos de cabeza le ha provocado?
Ha sido complicado, porque ha costado entenderme con el conseller. Finalmente, no obstante, lo ha comprendido, y el acuerdo final ha sido positivo.
Quizás ha parecido que en un tema como éste y en otros, en política para unos pesaban más las siglas de un partido que el interés general.
Así es, sin duda. La política consiste en defender los intereses generales de un territorio, y mi municipio es Ciutadella. A veces estar en un partido grande implica unas decisiones que yo, personalmente, aún no entiendo y no creo que entienda en el futuro. A mí me han escogido para intentar hacer lo mejor para todos los ciudadanos, y en base a esto tomaré mis decisiones. Si las que vienen de más arriba no mejoran la vida de mis ciudadanos, no estaré de acuerdo.
¿Ha tenido más problemas con la oposición o con su propio partido?
Ha habido de todo. A mi partido a veces ha costado hacerles entender ciertas cuestiones, como la desaladora o el puerto interior.
¿Desde el PP a veces le han llamado al orden?
He recibido toques de atención de cargos del partido superiores a mí, sí.
¿Y en casos así, qué hace?
Escuchar, intentar rebatir la postura, y seguir pensando que mi función es defender los intereses generales de mis ciudadanos. También tengo claro que yo he sido elegido alcalde porque me he presentado por un partido, no por ser yo quién soy, y entiendo que hay que consultar las decisiones, pero a veces me pregunto si los partidos escuchan a los ciudadanos antes de tomar sus decisiones. Sólo pido eso. El esfuerzo en escuchar a la gente no solo puede realizarse durante los quince días de la campaña. También es cierto que gobernar en minoría no es lo mismo que hacerlo en mayoría, y eso también deben tenerlo en cuenta las instituciones superiores.
¿Hace un año esperaba gobernar en minoría, o confiaba en obtener mayoría absoluta?
Sabía que una mayoría absoluta era difícil, pues el pasado del partido era muy complicado. Dijimos que no pactaríamos y fuimos nosotros quienes decidimos no hacerlo.
En reiteradas ocasiones ha dicho en público que la gestión del PP en Ciutadella en el pasado había sido muy mala. Si lo cree así, ¿basta con decir que han habido errores, o se deben pedir responsabilidades?
Se está preparando una Ley en Madrid que penaliza a los políticos que han hecho una pésima gestión del dinero público. Esta normativa debería estar vigente desde hace muchos años.
En su caso, usted tiene en su partido algunas personas que estuvieron al frente de esa gestión que usted critica, como la actual secretaria general insular. ¿Ha hablado de este tema con ella?
En las juntas locales se ha hablado del tema, sí.
Si en un juicio se demuestra que se cometieron gestiones irregulares en el Ayuntamiento, ¿el actual equipo de gobierno pedirá responsabilidades?
Debería ser así, y no solo pediría responsabilidades el equipo de gobierno. También debería hacerlo el Partido Popular.
Hay quien piensa que su discurso es populista, de cara a la galería, y que luego, en el interior del partido, su discurso crítico ya no lo es tanto.
Soy una persona bastante directa y gente me ha dicho que soy poco político. No me gusta lo de la imagen y la fotografía. Yo digo lo mismo en el despacho, en la calle y en los medios. En el partido se ha hablado mucho del pasado y de los presuntos casos de corrupción. También hemos hablado con la secretaria general de su gestión... No soy populista. Duermo muy bien cada noche. Poco, pero bien.
¿Alguien le ha pedido alguna vez que se muerda la lengua antes de hablar?
¡Muchísima gente! En el partido, compañeros de Consistorio y muchas veces mi mujer. Pero es que yo no sé callar.
Hablaba usted de su gobierno en minoría. ¿Cree que han sido suficientemente dialogantes teniendo en cuenta su situación?
Siempre se puede hacer más, desde todos los partidos. Nosotros hacemos autocrítica, pero el resto de formaciones también deben hacerla, y yo la escucho muy poco. En algunos momentos no hemos sido todo lo dialogantes que deberíamos haber sido para aprobar temas importantes, quizás por falta de tiempo, quizás por precipitación. Pero a veces, a la oposición le basta con decir que no hemos sido dialogantes para tumbar temas sin entrar en el fondo. Es un recurso demasiado fácil.
¿Cuántas horas al día dedica a pensar en la economía del Ayuntamiento?
Cada día unas horas, sin duda.
Cuando entró a gobernar sabía que la economía estaba mal, ¿pero se la encontró peor de lo que esperaba?
Conocíamos las grandes cifras, pero lo que no me esperaba era encontrarme proyectos no aprobados en ninguna junta de gobierno pero ejecutados. Se daban órdenes para hacer unas obras sin proyecto y sin presupuesto, y esto me preocupa, porque hay que pagar estos trabajos a quienes los han hecho. En los dos años de gobierno PSOE y PSM, sobre todo por parte del PSM, se empezó a controlar el gasto. Seguramente se podría haber hecho más. A nosotros nos ha tocado hacer lo que no gusta, que es recortar ayudas. Pero es que o despides personal municipal, que es nuestro último recurso por la afectación a las familias, o hay que recortar. No hay otra salida. Seguramente la oposición no estará de acuerdo con la subida del IBI, pero es que yo tampoco lo estoy. Pero prefiero una subida del 10 por ciento de IBI, que supone unos 50 euros anuales por vivienda, que no recortar en el geriátrico, las escuelas infantiles o los servicios sociales. Ahora, con lo de la intervención, la cabeza ya me empieza a dar vueltas.
¿Realmente no había alternativa al recorte drástico en subvenciones a las entidades?
Tenemos un escenario muy limitado, y es cierto que los recortes han sido muy drásticos, pero también hemos comenzado a modificar el concurso de la piscina, que tiene un coste muy elevado. ¿Eso significará que habrá que pagar más para ir a la piscina? El que esté sano, seguramente sí. Tendrán ayudas los que aprenden a nadar, los bebés, los que hacen ejercicio por prescripción médica y los jubilados...
Vamos, que para ir a la piscina, a la escuela de música o a la de arte, habrá que pagar más.
Se tendrán que revisar las tasas y seguramente tendrán que subirse, porque nosotros aportamos menos.
Y si es así, ¿no se estarán creando unos servicios públicos a los que solamente podrán acceder unos pocos?
Lo que se ha hecho es crear unos servicios públicos que no eran competencia del municipio en unos momentos económicos buenos que ahora el municipio no puede soportar. Se ha hecho una política que si se puede pagar es maravillosa, pero no podemos soportarlo ni ahora ni tampoco en los próximos años. Pocas soluciones nos quedan.
¿Cómo se siente uno cuando toma estas medidas?
No es agradable. A mí me gustaría tener las calles como toca, más limpieza, mejores aceras... pero no nos alcanza. Este año, por ejemplo, no podemos a tener personas contratadas del SOIB, porque no podemos pagar y además el Govern balear aún nos debe su parte de este programa.
Al Ayuntamiento le deben 3,5 millones de euros otras administraciones. La oposición ha preguntado en varios plenos si se reclama con suficiente fuerza este dinero.
Un ejemplo. En el 2006 se hizo un convenio entre Ayuntamiento, Consell y Govern balear para pagar las instalaciones deportivas, y no se pagó ni un céntimo durante el mandato del Pacte de Progrés. Por eso, ahora me sorprende ver mociones sobre este tema cuando ellos gobernaron cuatro años y no enviaron ni un euro. Se está haciendo un gran trabajo para conseguir este dinero, pero si no quieren pagar, poco más puedo hacer yo. ¿Qué consiguieron ellos cuando gobernaron? Nosotros llevamos cobrado un millón de euros que nos debía el Govern del tema del SOIB.
Otro de los temas que se eterniza es el de Can Saura. ¿Cómo acabará esta historia?
Lo primero es pagar la deuda que se mantiene con los industriales que han trabajado allí. Si se vende el edificio, está en peligro la subvención del Govern balear, que era finalista. Por eso es diferente una venta que una cesión. Nos lo queremos quitar de encima, eso sí, y ya estamos en proceso para recepcionar las obras, liquidar la deuda y tener las llaves.
Entiendo que usted no hubiera comprado Can Saura.
No, no entiendo esa compra. Mi mentalidad no es esa. Si tuviera una economía saneada, una idea perfecta sería comprar o construir una nave industrial en el polígono y concentrar todas las áreas municipales allí y vender los edificios públicos que se pudiera. Incluso éste (la sede del Ayuntamiento en la Plaça des Born) sería perfecto para hacer un hotel.
¿Un hotel en el Ayuntamiento?
Lo digo como posibilidad, como idea particular. Lo que no puede tolerarse es tener un edificio como éste, que es una maravilla, con goteras o con los aparatos de aire acondicionado atornillados en la muralla porque nadie ha querido poner dinero para arreglarlo.
Hablemos del puerto interior. ¿Cree que se acabará privatizando, o espera que prospere el informe que Ports quiere para demostrar que Ciutadella puede ser una excepción a esta política?
Ports dijo que si el Ayuntamiento enviaba este informe, lo estudiarían, pero a mí nadie me lo ha pedido oficialmente.
Entonces, ¿cómo está el proceso?
Ports debe ordenar el puerto interior, y a día 20 de mayo el puerto está vacío. Me sorprende que si sabían que en diciembre acabaron las obras, cinco meses después el puerto esté vacío. Aquí hay un problema de falta de gestión del gerente de Ports.
¿Usted confía en que el puerto interior no sea privatizado?
Si la idea de Ports de les Illes Balears es privatizar nuestro puerto interior, que nos den la opción al Ayuntamiento de estudiar cómo lo solucionamos y aportar nuestras ideas.
Pero ustedes rechazaron una propuesta de municipalización que planteó UPCM en un pleno.
Es que no estamos para sumar una competencia que no es nuestra, pero queremos poder recomendar cómo o qué empresas se podrían hacer cargo de esta gestión. Pero yo no entiendo el proceso que está siguiendo Ports, y esta lentitud me está haciendo dudar de todo.
Se ha cumplido un año del dique de Son Blanc. ¿Cuál es su balance?
Positivo, porque hemos podido sacar los barcos de pasajeros fuera del puerto interior. Ahora bien, es un dique pequeño que no está ubicado en el mejor sitio. Se inauguró rápido para ponerse las medallas, y tenemos una estación sin cierre ni aire acondicionado y con problemas con la 'tiranya'. Espero que el próximo año haya soluciones sí o sí.
¿Qué pide para el próximo año?
Mínimo, la cristalización y el aire acondicionado en la estación. También el finger es básico. Puedo entender que no haya presupuesto, pero es que si se cobran 425 euros por servicio de practicaje a cada embarcación que entra en el puerto, y otros 25 por información, el puerto está ingresando dinero. Cabe recordar que la inversión que se hizo en Son Blanc no debe amortizarse, como tampoco se esperan amortizar las carreteras. Si pones las instalaciones en condiciones, una estación como toca, unos duques de alba y un finger, obtendrás más ingresos. Yo no quiero que Son Blanc sea un puerto industrial. Para eso ya está el de Maó, que está preparado. El de Ciutadella debe ser puerto de turismo, pasajeros y cruceros.
¿Qué espera de los próximos tres años?
Vienen años muy complicados y la ciudadanía lo sabe. Intentaremos reducir deuda para que dentro de ocho o diez años se puedan hacer inversiones. A mí me gustaría dar un pequeño impulso a este pueblo. La posibilidad de los cruceros puede ayudar muchísimo a los comercios. Si algún día se desarrollara Cala en Busquets también daría un impulso, pero a día de hoy lo veo muy difícil. La modificación del Plan General irá ligada a la revisión del Plan Especial del Núcleo Antiguo, para evitar que inversiones extranjeras estén en peligro por no poder bajar el techo unos centímetros.
Dígame, de este año como alcalde, ¿con qué momento se queda?
Con aquel día que recibes un correo electrónico de un ciudadano agradeciendo el trabajo hecho. Son pocos estos correos, son muchas más las críticas, pero estos gestos te pueden alegrar un día.