Unas 300 personas participaron ayer en la jornada de puertas abiertas en el desvío de Ferreries. La visita permitió a los ciudadanos, mayoritariamente de Ferreries pero llegados también de otros municipios de la Isla, conocer sobre el terreno los detalles de la obra viaria más importante de los últimos años, así como disfrutar del último día en el que se podrá pasear libremente sobre el asfalto sin miedo a que un vehículo te atropelle.
Durante el recorrido, el director técnico de la obra, Rodrigo del Pozo, explicaba los detalles del proyecto, insistiendo mucho en la integración de la nueva vía en el entorno y en el especial cuidado que se ha tenido con el impacto ambiental de la obra. A la gran mayoría de los presentes, lo que veían con sus ojos les encantaba con estas explicaciones. "Es espectacular", comentaba una asistente, a la vez que lamentaba no haber avisado a sus familiares para que asistieran a la jornada de puertas abiertas. El punto que más expectación creó fue el túnel. "Claro, aquí no habíamos visto nunca uno de éstos", explicaba un visitante a su compañero. "¿Realmente hacen falta tantas luces en este pequeño recorrido?", preguntaba otro de los paseantes, poco antes de escuchar las explicaciones técnicas y la intención de que la energía necesaria para iluminar el túnel se obtenga a través de una planta fotovoltaica.
Al finalizar el trayecto, la mayoría de las opiniones eran positivas. Unos se confesaban sorprendidos de que el proyecto se hubiera ejecutado en menos de dos años, y otros comentaban que ahora, las casas de Son Blanc quedan muy cerca. Al irse a casa, muchos se llevaron fotografías para inmortalizar el instante, y otros, la experiencia de recorrer el desvío libremente en bicicleta antes que los coches.