Las Caritas diocesanas de Mallorca, Menorca y Eivissa, recibieron ayer las medallas de honor del Parlament balear de la mano del presidente de la institución, Pere Rotger.
En su discurso, Rotger destacó que la Medalla de Honor refleja el compromiso de "nuestro pueblo" con unas entidades que en momentos de "máxima dificultad" han desarrollado "unas de las tareas más nobles del ser humano: la dedicación desinteresada y humilde" hacia las personas "más necesitadas" y hacia aquellas que se encuentran en "verdadero riesgo de exclusión social".
El Obispo de Mallorca, Jesús Murgui, habló en representación de los obispos de las otras Islas y de Caritas y aseguró que es "un verdadero honor" recibir tal distinción y pidió a las instituciones que ayuden a la Iglesia "a ayudar a los más necesitados".
Según defendió Murgui, mientras sea "necesario", Caritas seguirá con su trabajo "silencioso y sacrificado" en su "compromiso con los más pobres" y, recordando unas palabras que ya había dicho con anterioridad, declaró que no descansarán "hasta que la única hambre sea la de Dios y no la de pan".
El Parlament también distinguió ayer a la expresidenta de la institución durante el anterior mandato, Aina Rado. La socialista agradeció a la Mesa del Parlament que le otorgara la medalla y aunque, según dijo no ha hecho tantos méritos como Caritas, se siente "teriblemente honrada y agradecida".
La presidenta de la séptima legislatura terminó su discurso recordando la suya como una "etapa difícil, entrañable y maravillosa".