Los estudios al respecto son contundentes. Da igual el país europeo que se tome como ejemplo; las empresas familiares son más rentables que el resto. El mensaje quedó claro ayer tarde en el Centre de Convencions des Mercadal, donde se celebró una nueva edición del Foro Menorca con el patrocinio de la Banca March. Allí se analizó durante cerca de dos horas por qué este tipo de empresas generan una mayor rentabilidad y aguantan mejor los tiempos de crisis.
La organización del evento reunió a un equipo de ponentes que permitió analizar la cuestión desde tres perspectivas diferentes: la financiera, la académica y la de la experiencia personal, visión esta última que contó con las narraciones de Águeda Mercadal, gerente de la firma menorquina Dalrit, y Frederic Mudoy, director general de Distribuidora Rotger, empresa de Mallorca pero con una relación directa con la Isla.
El primer enfoque fue el financiero, del que se ocupó José Luis Jiménez, director general de March Gestión de Fondos, quien aportó conclusiones de un estudio realizado conjuntamente con la IE Business School. Entre los datos más relevantes figura el hecho de que "las empresas familiares son la espina dorsal de la economía mundial". Según explicó, más del 80 por ciento de todas las empresas son de ese tipo, y además, históricamente, han obtenido mayores rentabilidades que el resto. Además, según puntualizó Jiménez "son las mejores supervivientes para los tiempos de crisis".
Pros y contras
El estudio presentado ayer en Es Mercadal concluye, en el lado positivo de la balanza, que la gestión familiar tiene efectos positivos varios, como la eficacia de liderazgo gracias a la capacidad para tomar decisiones centralizadas y con mayor flexibilidad. Entre sus virtudes también figura una mayor confianza, lealtad y motivación de los ejecutivos, así como empleados y clientes, pero quizás el valor que más se destacó ayer fue el que más diferencia a las empresas familiares, la visión a largo plazo. "Para ellas es mucho más importante que el beneficio a corto plazo. No importa ganar menos si se hace lo correcto", aseveró Jiménez.
No obstante, estas compañías también tienen sus puntos débiles, y entre éstos el estudio presentado por Jiménez alerta de que una gestión más prudente, al no buscar maximizar beneficios, puede conducir a un estancamiento. También hizo referencia al lastre que puede suponer aferrarse a prácticas exitosas y dejar de un lado la innovación. Pero sin duda, uno de los mayores obstáculos a los que se tiene que enfrentar es al de asegurar la sucesión familiar al mando de los negocios.
Enfoque académico
Una vez con los datos del estudio sobre la mesa, Rafael Crespí, director del departamento de Economía y Empresa de la UIB, se encargó de trasladar a los asistentes el enfoque académico del tema a tratar. El experto hizo un llamamiento a "ser críticos para poder interpretar correctamente" y por encima de todo centrarse "en los aspectos cualitativos que están detrás de los números. No vale solo con comparar cifras", aseguró.
En resumen, el mensaje lanzado fue que no basta con saber lo que funciona bien, sino entender bien por qué lo hace. El objetivo según Crespí es aprovechar la información para hacer que la balanza de pros y contras presentada por el estudio se incline del lado positivo.
Es por ello que, pese a reconocer que las empresas familiares son más rentables y que sobreviven mejor a las épocas de crisis como la actual, Crespí alerta de que el futuro plantea mejorar en retos como "una mayor profesionalización de los miembros de la familia" o la inclusión en los negocios de profesionales externos, además del asentamiento de las bases para sucesiones al frente de las empresas "ordenadas y planificadas".