Caminando en círculo, sin hallar una salida para una recesión que se prolonga ya cuatro años, un periodo en el que la capacidad real de producción de Menorca ha descendido un 3 por ciento, la destrucción de empresas ha avanzado a un ritmo del 2,5 por ciento en 2011 (el tejido empresarial se ha reducido un 15,7 por ciento desde 2007), y la pérdida de trabajadores cualificados ha aumentado como consecuencia del paro y de una estructura productiva por sectores rígida, con escaso peso de la innovación. Así se encuentra la economía insular cuando está a punto de concluir el tercer trimestre de 2012, según el último informe económico y social del Centre de Recerca Econòmica (CRE) de la Caixa de Balears, Sa Nostra, y la Universitat de les Illes Balears (UIB).
"Es una realidad dura de digerir", afirmó ayer Antoni Riera, director del CRE, durante la presentación del documento en Maó. Riera insistió en que ni Balears, ni mucho menos Menorca, "están dando señales de transformación" de su economía y aprovechando lo único positivo que puede traer una crisis: "la oportunidad de limpiar y cambiar".
Así, Menorca es la economía de Balears que lleva más tiempo en números rojos, con un crecimiento negativo en 2011 del 0,4 por ciento (1,4 % en 2010), frente a la tímida entrada en terreno positivo del conjunto balear, con un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,3 por ciento, gracias sobre todo al tirón de Eivissa i Formentera.
Ante estos datos, Riera alertó de que "no solo está en juego el PIB o la ocupación, sino el nivel de desarrollo del archipiélago y su bienestar", por lo que reiteró desde el CRE la necesidad de "liderazgo y consenso" de los agentes sociales y del gobierno autonómico para que, además de controlar el déficit, "en paralelo diseñen una estrategia regional de transformación". Otros territorios lo han logrado, afirmó el economista, señalando los ejemplos del País Vasco, que tras la dura reconversión industrial a finales de la década de 1980 ahora ocupa el primer lugar en renta per cápita de España, o el Estado norteamericano de Massachusetts, que crece en tiempos de crisis gracias al impulso del sector de la investigación y la tecnología.
De no disponer de esta estrategia, Balears, que años atrás lideraba el ranking de renta de las autonomías españolas, se situará por debajo de la media estatal, "es cuestión de tiempo", auguró Riera. "Los marcadores del crecimiento y el empleo están muy afectados por la crisis, pero no debemos centrar la mirada solo en ellos", insistió el director del CRE, "está en juego nuestro desarrollo".
Pese a reconocer "el esfuerzo" del Ejecutivo balear por controlar el déficit y lograr estabilidad presupuestaria, Riera subrayó que "en paralelo, hay que hacer más cosas, no podemos crecer en Tercera División y estamos a punto, debemos anticiparnos y no repetir un modelo que no da resultado". Un modelo que sigue perdiendo productividad porque, según el informe del CRE, no se realiza un esfuerzo suficiente en innovación, "no se crea valor", y se marchan los trabajadores más cualificados.