El equipo de gobierno del Ayuntamiento des Castell ha seguido a pies juntillas las directrices marcadas por la Ley de Estabilidad Presupuestaria y recogidas en el plan de ajuste municipal a la hora de elaborar las cuentas de 2013 que ascenderán a 5,9 millones de euros, es decir, un 3,76 por ciento menos que las consignadas para este año. Esto significa, en sintonía con las pautas seguidas por otras administraciones públicas, dar una "prioridad absoluta" a las políticas de austeridad y de racionalización del gasto.
¿Y en qué se traduce? Básicamente, y según avanzó ayer a este diario el alcalde Lluís Camps, en ajustar las inversiones a las estrictamente necesarias evitando recurrir a la concertación de nuevos préstamos (este capítulo baja un 42,4 por ciento hasta los 341.888 euros por la finalización en el pago de las expropiaciones forzosas y a la espera de conocer la partida que el Consell destinará a las obras municipales), mantener el gasto social a costa de revisar determinadas subvenciones supramunicipales y amortizar la deuda financiera ya contraída con los bancos, capítulo al cual destinará 133.000 euros, un 38,4 por ciento más que este año.
La nota distintiva la dan los 644.000 euros de ahorro neto con los que el Ayuntamiento cerrará el año y que podrían habilitar una posible operación de nueva deuda, algo que Camps rechaza de plano. "No lo haremos porque nuestra prioridad es ir reduciendo los niveles de endeudamiento", señaló al tiempo que recordó que los últimos préstamos firmados, que ahora incrementan las cantidades a amortizar, han ido dirigidos a pagar a proveedores. Como consecuencia de ello, en estos momentos el Ayuntamiento paga a sesenta días y la previsión es llegar a los treinta días a mediados del año que viene.
Por otra parte, el gasto previsto en el capítulo de personal cae un 2,6 por ciento hasta los 2.750.605 euros debido, según informó el alcalde des Castell, a la congelación de los sueldos y a la no reposición de las plazas que causen baja. "En ningún caso aplicaremos un expediente de regulación de empleo, no lo contemplamos", aseguró con rotundidad.
En lo relativo a las partidas de ingresos es destacable el incremento del 9,68 por ciento previsto en la recaudación de los impuestos directos, pasando de los 3,4 millones de este año a los 3,7 del año que viene. Preguntado sobre este punto, Lluís Camps reconoció que el aumento se debía a la revisión al alza del impuesto de circulación, que supondrá 1,5 euros más a abonar por cada vehículo, y a la actualización del catastro, que no del tipo impositivo que aplica el Ayuntamiento a los bienes inmuebles. De hecho, avanzó la voluntad del equipo de gobierno de poder bajar algún impuesto antes de finalizar el presente mandato.
Con todo, Lluís Camps reivindicó el esfuerzo realizado por el gobierno local para "poder hacer un presupuesto austero y realista".