Hartos y desesperados. Así se encuentran buena parte de los payeses de la costa norte, de Fornells, Cala Tirant, algunos predios cercanos al municipio de Es Mercadal e incluso de Alaior, ante la plaga de conejos que vienen sufriendo desde hace unos años.
La reproducción de estos animales, en concreto de una especie introducida en la Isla hace poco tiempo, está alcanzando cotas desmesuradas favorecido por las condiciones ambientales de la Isla y su mayor resistencia a las enfermedades. Como consecuencia, los estragos en los campos están siendo demoledores y destructivos, según denuncian algunos de los payeses afectados que reclaman una vez más al Consell soluciones urgentes porque ven que la plaga está descontrolada.
Afirman que en algunas fincas los conejos han devorado el cien por cien de los cultivos de avena y raigrás. Y ante la falta de brotes tiernos con los que alimentarse, los mismos payeses han detectado que los conejos empiezan a comer una variedad de planta conocida con el nombre de "canario" o "flor de avellana" una hierba más dura y ácida, pero que también sacia su extrema voracidad. Incluso, en algunos huertos de Fornells y frutales de Alaior, los conejos empiezan a alimentarse de las cortezas de los árboles y además trepan a sus ramas para roer los brotes más tiernos.
Los payeses reclaman una solución a la plaga conejil, porque las pérdidas económicas ya son insostenibles y hay "tanques" en las que desde hace varios años no se obtiene ningún tipo de rendimiento. En algunas zonas se han visto obligados a volver a sembrar, si bien en otras fincas han descartado ya esta opción porque los conejos siguen reproduciéndose y las madrigueras se multiplican.
Como ejemplo cuentan que en algunos predios afectados durante la reciente temporada de caza, que comenzó en la tercera semana de julio y se cerró a finales de diciembre, se han llegado a capturar alrededor de 1.200 conejos y en otros ronda el medio millar de piezas cobradas.
En varios "llocs" el Consell ha otorgado permisos especiales para alargar el período permitido de caza del conejo, pero no ha servido de mucho para controlar la especie. Reconocen que enfermedades como la hemorragia vírica y la mixomatosis logran diezmar en parte la población en primavera, aunque inciden en que por entonces, los cultivos ya están perdidos.
Repoblación dañina
Comentan asimismo que en algunas fincas se han cazado conejos vivos con hurones y trasmallos y trasladado las piezas a otras para destinarlos a su reproducción y caza. Afirman que en algunos casos se han llegado a pagar entre 20 y 25 euros por cada conejo vivo. Pero advierten que esta no es una buena solución tratando de esta nueva especie, ya que se corre el riesgo de que la plaga pueda extenderse por más zonas de la Isla.
Reclaman al Consell la paralización urgente de esta dañina práctica. Alertan de que los conejos no entienden de límites entre fincas y aunque algunos propietarios estén interesados en tener estos animales para su posterior caza, en otras no los quieren ni ver.
Recuerdan al respecto que quienes mantienen vivos a los conejos son los payeses con sus cultivos y son los verdaderos damnificados de este problema mientras no exista ningún tipo de control.