Joana Maria Camps afronta "muy ilusionada, ansiosa por conocer con detalle a lo que me enfrento", su nuevo cargo de consellera autonómica de Educación, Cultura y Universidad. Se proclama fiel al proyecto de un Govern en el que cree y dispuesta a echar mano del diálogo, "algo que siempre he hecho, y más al venir de un ámbito como trabajo, creo que hay que hablar, escuchar y luego decidir".
Accede a una cartera a la que acompaña la controversia. Sin haber hecho nada, ayer ya recibió críticas por no ser una persona directamente vinculada a la educación o la cultura. Cuando fue preguntada al respecto por los periodistas de Mallorca tras tomar posesión contestó: "Mi experiencia en el mundo de la cultura es la que puede tener cualquiera de ustedes". A lo que añadió horas más tarde, "no hay un sector que tenga la exclusiva de la educación y la cultura, en casa he vivido inquietudes culturales y tengo mucha familia en el ámbito docente, para gestionar bien no hace falta ser profesor, es suficiente con escuchar mucho".
Considera que su antecesor, Rafael Bosch, "ha hecho una gran labor en una situación muy complicada, porque sin dinero todo es muy complicado". Sobre el controvertido aspecto de la lengua en las aulas, Camps afirma "creer en lo que ha hecho el Govern" y sostiene que "este problema no existe en Menorca, la cuestión es conocer bien una, dos o tres lenguas, hay que ser competitivos".
Hace un balance positivo de su paso por la Dirección General de Trabajo, "fui muy bien acogida y he trabajado muy cómoda", y asegura que como nueva cuota menorquina en el Govern "estaré encantada de que me llamen alcaldes y consellers".