"Llevamos 18 años esperando y acatando lo que nos marcan las administraciones". Así explica Manuel Campanero, apoderado de la empresa PRASA, el hartazgo que acumula ante el constante retraso de su proyecto para construir dos hoteles de lujo y diversas viviendas vacacionales en la urbanización de Son Parc.
Este hartazgo está a punto de convertirse en un punto de inflexión. Según Campanero, el proyecto está actualmente pendiente del Ayuntamiento de Es Mercadal.
Así, hace un mes se entregó al Consistorio el proyecto de urbanización corregido, atendiendo así a la petición de subsanar algunas deficiencias. Según Campanero, es la cuarta vez ya que se modifica la propuesta a petición del Consistorio. "Llevamos tres años cambiando este proyecto. Ya es hora que el Ayuntamiento aclare si quiere o no quiere que materializemos la idea", comenta el empresario.
En este sentido, Campanero se muestra tajante al asegurar que "si el proyecto de urbanización no se aprueba en mayo, deberemos tomar una decisión, y reconsiderar la inversión". El apoderado de PRASA se muestra sorprendido por la lentitud del Ayuntamiento de Es Mercadal, y la compara con el ritmo en otras administraciones. De este modo, recuerda que en estos días la Comisión Balear de Medio Ambiente ha sido capaz de resolver en apenas una semana los problemas del hotel rural de Torralbenc, en Alaior. "Es alucinante esta rapidez, cuando nosotros llevamos años esperando", apunta.
El proyecto de urbanización sería el primer paso para hacer realidad los planes de PRASA en Son Parc. Así, es indispensable preparar el terreno en el que deben levantarse los 60 chalets que se construirían cada uno de ellos en una parcela mínima de 600 metros cuadrados. Repasando la hemeroteca, la promotora esperaba iniciar las obras de urbanización antes del pasado verano. Para ello, asegura Campanero, han superado ya el trámite ante la Comisión Balear de Medio Ambiente, el Govern balear y el Consell, y restan únicamente pendientes de lo que diga el Consistorio.
La inversión prevista en Son Parc rondaba los 30 millones de euros, dotación que serviría para costear las obras de urbanización de los 1,7 millones de metros cuadrados afectados por esta promoción, además de pagar también la construcción del primero de los dos hoteles de alto standing previstos en la zona, un edificio en forma de 'taula' menorquina.