El vicepresidente de Relaciones Institucionales del Club Marítimo de Mahón (CMM), Carlos Sintes, llevará a partir de ahora las negociaciones con Autoridad Portuaria de Balears (APB) para intentar recuperar la gestión de los amarres del muelle de Llevant, una aspiración a la que no renuncia la entidad. La asamblea de socios refrendó anoche la decisión de la junta directiva de que Sintes lidere una nueva etapa de conversaciones con la dirección del ente gestor del puerto.Fue el propio presidente del club, Nemesio Suárez, quien propuso a la directiva su idea de "dar un paso atrás" y que otros miembros del equipo retomaran los contactos, después de un cruce de acusaciones por la prensa que ha llevado a enrarecer la relación personal entre Suárez y el presidente de Autoridad Portuaria, José María Urrutia. Así lo señaló Nemesio Suárez al término de una asamblea que apenas duró una hora y transcurrió de manera tranquila, con la aprobación de la Memoria de Actividades del Club del ejercicio 2012 y el informe de gestión por una amplia mayoría de los cuarenta asistentes.
Con 36 votos a favor y uno en contra la asamblea aprobó la memoria y el informe de gestión, en el que se incluía la propuesta de que Carlos Sintes y otro miembro de la junta recuperen la relación con APB. "Lo que es vital para el club es que exista ese diálogo, sin ello no es posible obtener ningún resultado", declaró el presidente del 'Marítimo'.
Suárez se ratificó no obstante en sus declaraciones del pasado mes de abril, en las que dijo sentirse decepcionado y pensar en retirarse del cargo.
La sentencia
"Desde junio de 2012 hasta ahora ha habido tres reuniones con el presidente y la cúpula directiva de Autoridad Portuaria", afirmó, "en las dos primeras José María Urrutia planteaba soluciones y promesas de amarres para el Club Marítimo, en la última su actitud había cambiado, había dado un giro de 180 grados, y no se ve la luz al final del túnel, como él mismo dijo", explicó Suárez. Según el presidente del CMM, puede que ese cambio de actitud tuviera que ver con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears que anuló la adjudicación del concurso para la concesión de la antigua línea de atraque del Moll de Llevant a la empresa Trapsayates, "y que daba en parte la razón al Club Marítimo". "Puede que eso haya molestado a APB y creo que no tiene qué ver una cosa con la otra", manifestó.
Pero ahora Suárez quiere hacer borrón y cuenta nueva. "En estos momentos lo importante es volver a la negociación y yo sé que no soy la persona adecuada para ello, estoy decepcionado y sin ánimo para hacerlo", declaró ayer.
Así, Suárez ha descartado la posibilidad que barajó de presentar su dimisión y ha optado porque la dirección del club delegue la negociación en otra persona.
"Estaba dispuesto a renunciar pero no es bueno para el club, habría que convocar unas nuevas elecciones, con toda la complicación que conlleva, y hubiera sido la cuarta elección en cinco año, no es bueno ahora que empezamos a ver una solución a nuestros problemas económicos, aunque no esté aún consolidada", aseguró Suárez.
Confiado en que los problemas con APB se superarán, el presidente del club manifestó su satisfacción por el desarrollo y resultado de la asamblea general celebrada ayer, que mostró el apoyo a su gestión, y reiteró que "seguiremos trabajando para conseguir los amarres, que siguen siendo fundamentales", subrayó, para los ingresos y la actividad deportiva del Club Marítimo.