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Oceana urge al Consell a que se recupere la vigilancia pesquera

La entidad denuncia la ausencia de control en el exceso de longitud de las redes, la infracción más común con impacto para los recursos pesqueros y las tortugas

Langosta. Sin control, las redes muy largas amenazan la biodiversidad - Archivo

| Ciutadella |

Oceana lamenta que la vigilancia pesquera se haya interrumpido en Menorca con negativas consecuencias para la protección del medio ambiente. La entidad envió ayer una carta al conseller insular de Medio Ambiente, Fernando Villalonga, para pedirle que recupere de manera urgente la vigilancia en el mar por parte de los inspectores de pesca. Según los datos que han trascendido a la opinión pública, esta vigilancia no se está realizando desde el pasado 27 de marzo, es decir, hace 5 meses.

Aunque Oceana no tiene objeción al uso de trasmallos, considera que éstos deben ajustarse a la normativa vigente. De hecho, según la entidad científica, "el exceso de la longitud de los trasmallos para pescar langosta es una infracción muy común en Menorca y se vigila en el mar".

La temporada de la langosta empezó el 1 de abril y acabará el 31 de agosto, por lo que en toda la temporada de la langosta 2013 "no ha habido vigilancia por parte de los inspectores para hacer cumplir esta normativa", según lamenta Oceana.

"La normativa vigente establece un máximo de 2.000 metros de longitud de las redes por pescador, pero Oceana estima que se usa una longitud más del doble de lo permitido", afirma Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa. "Usar redes más largas de lo permitido representa un aumento del esfuerzo pesquero, lo que contribuye a la sobreexplotación de los recursos pesqueros e incrementa el impacto sobre especies protegidas como la tortuga boba".

Sin vigilancia en el mar, según Pastor, "se ha dado vía libre a los pescadores que no respetan esta normativa y se ha perjudicado seriamente a los que sí la cumplen, instigando a estos pescadores más respetuosos a aumentar la longitud de sus redes para tener las mismas oportunidades de pesca".

Añade que "cuanto más largas son las redes, más probabilidades hay de capturar especies protegidas, como la tortuga boba, que se encuentra actualmente en peligro. Cuando las tortugas bobas quedan enganchadas en las redes mueren prácticamente todas ya que, al no poder salir a la superficie, se ahogan".

Otro problema relacionado con el exceso de la longitud de las redes, según apunta Oceana, es el aumento del tiempo que estas permanecen caladas. "La normativa actual establece un máximo de 48 horas, pero cuanto más largas, más tiempo se requiere para retirarlas. Esto provoca un desperdicio importante de peces, ya que al estar tanto tiempo enganchados, mueren y se degradan y resulta imposible su comercialización", señala.

"Menorca, siendo Reserva de Biosfera, debe dar ejemplo de sostenibilidad entre las actividades humanas y la conservación del medio ambiente. Por ello es esencial y de sentido común que se hagan cumplir las normativas pesqueras establecidas", concluye Pastor.

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