Instituciones Penitenciarios confirmó ayer que ha cesado de sus funciones al director de la cárcel de Menorca, José Alfredo Fernández, en el cargo desde julio de 2011 -cuando abrió el centro penitenciario menorquín-.
Lo hizo un día después de que el secretario general del organismo público dependiente del Ministerio del Interior, Ángel Yuste, defendiese la labor profesional de la dirección y de los funcionarios y negara cualquier anomalía en los procedimientos investigados.
Fuentes cercanas a Instituciones Penitenciarias aseguraron ayer que el ente desvincula la medida de las denuncias interpuestas por agresiones y de los dos suicidios en seis meses registrados en el centro, aunque oficialmente, el organismo se limitó ayer a explicar que la decisión se produce «dentro de la normalidad» y que el nombre de su sucesor se dará a conocer cuando la persona sea designada.
Las mismas fuentes revelaron que la decisión le fue comunicada a Alfredo Fernández hace una semana y que Instituciones Penitenciarias ya tendría en mente el nombre de la persona llamada a substituirle al frente de la prisión.
La decisión se habría tomado con la intención de dar un golpe de timón a la dirección del centro para favorecer una mejor relación de la cárcel con la sociedad menorquina y con los familiares de los presos, que en los últimos meses han protagonizado un pulso con la dirección.
La cárcel menorquina estaba llamada a ser una de las más tranquilas y cómodas del país por su escasa capacidad, tan solo 210 presos, y por su poca densidad (está a un tercio de su capacidad).
Sin embargo, desde su inauguración -en que quedó clara la oposición del PP a su apertura en voz de la alcaldesa, Águeda Reynés-, ha vivido dos años y cuatro meses más convulsos de lo esperado.