Los miércoles son un día muy especial en el Geriátrico de Ciutadella gracias a la presencia de Brida, una perra que desde hace tres años participa en un programa de terapia asistida con animales. Se trata de una actividad con unos efectos comprobados y que tal y como explica la psicóloga del centro, María Martí, ayuda a mejorar «la calidad de vida de los residentes».
En cada visita, el animal arranca un buen número de sonrisas, mientras se deja acariciar, peinar, lavar o alimentar. Gracias a esa actividad, los residentes realizan un ejercicio que les costaría mucho más sin ese tipo de incentivo. «Solo le falta hablar», cometa Esperanza, una de las usuarias del centro, quien reconoce que ahora le gustan los animales mucho más que antes.
Tras al parón veraniego, ayer comenzó una nueva etapa del programa que se prolongará hasta el mes de mayo. Y es que tal y como explica el veterinario impulsor de la actividad, Agustí Mercadal, la terapia no funciona igual en los meses de calor por problemas de adaptación del animal.
A la vista de la experiencia están unos resultados excelentes apuntan los responsables, y que se traducen en el fomento de las funciones sensoriales, psicosociales, emocionales, motivacionales y físicas del usuario. Y además, relata Mercadal. parece que Brida está tan contenta con su trabajo como él satisfecho con los resultados: «el día que nos toca venir, el animal ya lo sabe con antelación por las rutinas que realizados, y se le nota más contento».
Brida trabaja en sesiones grupales e individuales, pero al menos una vez al mes realiza un paseo por las instalaciones para visitar a todos los usuarios del geriátrico, donde ya es como una más de la familia.